Llamado a la clase obrera mexicana en el Día Internacional de los Trabajadores

 

Pronunciamiento en el marco de movilizaciones del 1 de Mayo por Agrupación de Lucha Socialista (ALS) y Colectivo Rebelión. Mayo, 2018, https://agrupaciondeluchasocialistablog.wordpress.com

 

A lo largo del sexenio de Peña Nieto, se han venido implementando una serie de reformas estructurales (energética, educativa, fiscal, etc.) con las que se pretende despojarnos de nuestros derechos, nuestras conquistas y nuestros recursos naturales. En la actualidad, el Gobierno pretende acelerar su aplicación en nuestra contra a través de la fuerza con la Ley de Seguridad Interior, y están en puerta nuevas iniciativas de Ley que nos perjudican, entre ellas, la Ley de Aguas que profundiza la privatización de un recurso vital para la población; la Ley de Salud con la que se pretende avanzar en la subrogación y el cobro de servicios médicos; la Ley de Seguridad Social que aumentará los montos y años de cotización para jubilación, así como la Ley de Biodiversidad, misma que busca despojarnos de nuestras riquezas naturales y de los conocimientos ancestrales de nuestros pueblos.

 

En materia laboral, también hemos venido recibiendo una serie de golpes contra nuestros derechos. Desde 2012, meses antes de que asumiera la presidencia Peña Nieto, el expresidente Felipe Calderón mandó una iniciativa de reforma en materia laboral para modificar la Ley Federal del Trabajo en el sentido de legalizar una serie de ataques que ya venían ocurriendo de hecho como la subcontratación, los contratos de protección patronal y la flexibilidad laboral, a lo que se le sumaba el pago por horas, los contratos de prueba, entre otros. Todo ello encaminado a aumentar la precarización, inestabilidad y desprotección en que se encuentran la mayoría de los trabajadores mexicanos.

 

Entre finales de 2016 y principios de 2017 se dio una nueva ola de ataques contra los derechos laborales. Por un lado, el Senado aprobó una reforma que restringe el derecho de huelga de los sindicatos, pues según esta nueva norma solamente procederán los emplazamientos que sustente la organización gremial que demuestre tener la mayoría de afiliados, además de que se estableció que los dirigentes sindicales electos deben contar con el aval del patrón, lo cual no hace más que acrecentar el control hacia la clase obrera.

 

Poco después, los diputados aprobaron un recorte del 50% al sueldo de los trabajadores que se enfermen por causas relacionadas a sus labores, así como la intervención de las aseguradoras privadas, en conjunto con la Secretaría del Trabajo y los líderes charros, en el establecimiento de los montos de indemnización así como en la actualización de las tablas de incapacidades permanentes, todo ello en interés tanto de los patrones como de las aseguradoras, y en perjuicio de los empleados.

 

En diciembre 2017 se presentó ante la Cámara de Senadores otra iniciativa de reforma a la Ley Federal del Trabajo, relativa a la creación de un nuevo organismo encargado del registro de sindicatos, contratos colectivos y de conciliación, con reglas más absurdas que completan el contenido de la reforma laboral aprobada en febrero 2017, misma que fue presentada a cargo de dos líderes charros: Tereso Medina Ramírez de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) e Isaias Gonzalez Cuevas de la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC), senadores por el PRI.

 

Entre otros agravios, esta iniciativa contiene lo siguiente: 1) Se permite una subcontratación irrestricta, desapareciendo toda regulación, sin cumplir con los mínimos derechos de ley, protegiendo con ello a las empresas, para deslindarlas de toda responsabilidad frente a sus empleados. 2) Se elimina la consulta mediante el voto secreto como condición previa a la firma de un contrato colectivo, favoreciendo la firma de contratos de protección patronal que, por un lado, permiten al patrón un mayor control sobre el sindicato, que podrá escoger a su preferencia mientras, por otro lado, se colocan obstáculos insalvables para que los trabajadores luchen por obtener el reconocimiento de organismos gremiales legítimos. 3) Se favorece que el nuevo organismo de registro de sindicatos y contratos colectivos quede en manos de los sindicatos charros y bajo el control indirecto de los propios patrones. 4) Se cancelan las garantías vigentes en materia de aviso de despido por escrito y se fijan reglas procesales que dejan a los trabajadores en estado de indefensión frente a los patrones.

 

Todas y cada una de estas leyes obstruyen el ejercicio de los derechos sociales y laborales del pueblo, respondiendo a los intereses patronales y del Estado, no así a las necesidades de los trabajadores quienes, desde hace décadas, enfrentamos una situación cada vez más miserable e incierta pues vemos cómo se deprecian nuestros salarios; aumentan las horas de nuestra jornada laboral sin que se nos paguen horas extra; perdemos año con año más derechos a seguridad social y prestaciones (seguro por accidente, crédito de vivienda, afiliación a servicios de salud, pensión y jubilación, etc.);  se nos obliga a realizar diversas tareas diferentes a las cuales fuimos contratados y, en la mayoría de casos, ya ni siquiera contamos con un contrato colectivo; se nos niega de manera sistemática nuestro derecho a formar un sindicato para defendernos frente al patrón; se nos despide de manera injustificada sin que medie ninguna responsabilidad por parte de la empresa, entre muchas otras problemáticas que padecemos diariamente.

 

Además, si pretendemos demandar por la violación de nuestros derechos laborales, nos enfrentamos al burocratismo de las instituciones gubernamentales (Juntas, Tribunales, Comisiones, etc.) que garantizan impunidad para los patrones y dejan desprotegidos a los trabajadores. Asimismo,  si buscamos organizarnos para mejorar nuestras condiciones salariales y de trabajo, nos enfrentamos a la indiferencia o al control de los dirigentes sindicales charros, así como a la represión administrativa y física de la empresa o institución donde laboramos, que nos amenaza, hostiga, nos descuenta salarios e, incluso, nos despide como si fuéramos delincuentes, solo por el hecho de exigir los derechos que por ley nos corresponden.

 

Pero, a pesar de que el proletariado en México ha sufrido grandes derrotas históricas que lo han paralizado y desarticulado desde hace décadas, no obstante, en los últimos años, con la resistencia ante esta nueva ola de ataques, ha venido sucediendo un proceso de recomposición que, si bien ha tenido un carácter defensivo  y aislado, empero, da muestras de que el movimiento obrero mexicano busca renacer de entre las cenizas de la mano del magisterio, los médicos y enfermeras, electricistas, telefonistas, el sindicalismo universitario, los jornaleros agrícolas, trabajadores de intendencia, empleados de supermercados y demás sectores que están movilizándose en distintas entidades del país.

 

Sin embargo, para ello es imprescindible liberarnos del control corporativo que ejercen las tradicionales centrales obreras y dirigencias sindicales charras. Asimismo, se requiere formar nuevos organismos gremiales en los sectores que hacen falta y democratizar los sindicatos existentes para volverlos verdaderos instrumentos de combate para la defensa de nuestros  derechos. De igual manera, los trabajadores necesitamos lograr una completa independencia política e ideológica respecto al Estado, representado por los partidos e instituciones del régimen político mexicano. Finalmente, los colectivos, organizaciones, sindicatos y centrales de trabajadores que nos reclamamos democráticas e independientes, debemos pugnar por unificar las luchas de todos y cada uno de los sectores que estamos resistiendo ¡Pongamos en pie un movimiento organizado y combativo de la clase obrera!.

 

Por ello, debemos convocar a un Encuentro Nacional de Trabajadores en el cual podamos discutir y elaborar colectivamente un Programa y Plan de Lucha unitarios en defensa de nuestros derechos laborales y conquistas sociales; donde organicemos la solidaridad activa con las diferentes resistencias obreras y sindicales que hay en el país y, desde donde podamos generar una articulación orgánica con los demás sectores populares del campo y la ciudad en un Frente Nacional de Lucha para organizarnos y movilizarnos unitariamente por frenar las medidas antiobreras del régimen, cancelar las reformas estructurales, echar abajo a los partidos e instituciones corruptas y constituir un Gobierno de y para los Trabajadores.

 

¡Por un aumento generalizado del salario que cubra la canasta básica y que aumente conforme a la inflación!, ¡Pago de todas las prestaciones de ley a los trabajadores!

 

¡Por la estabilidad en el empleo!, ¡Alto a la precarización laboral!, ¡Fuera el outsourcing!, ¡Por la reinstalación y basificación de los trabajadores despedidos!

 

¡Por la libre sindicalización y organización de los trabajadores!, ¡Abajo el charrismo y el corporativismo sindical!

 

¡Igual salario a igual trabajo para las mujeres trabajadoras!, !Alto a la discriminación, la violencia y el acoso sexual y laboral!, ¡Guarderías públicas no subrogadas, licencia de gravidez, no despido por embarazo, permiso de lactancia y de cuidados para mujeres y hombres!