RCIT: Resumen de nuestras principales diferencias con la UIT-CI

Por Michael Pröbsting (Secretario Internacional de la RCIT), octubre de 2015, www.thecommunists.net

 

 

 

Abajo publicamos un resumen de las principales diferencias entre la Corriente Comunista Revolucionaria Internacional (CCRI, en inglés RCIT) y la morenista Unidad Internacional de los Trabajadores - Cuarta Internacional (UIT-CI).

 

La UIT-CI es una corriente que se sitúa en la tradición de Nahuel Moreno, uno de los líderes clave del trotskismo de posguerra en América Latina. Esto se hace evidente en el hecho de que la UIT-CI gestiona el sitio web http://www.nahuelmoreno.org/,  que vuelve a publicar documentos y libros de Moreno.

 

En nuestra opinión, la tradición de Moreno es -independientemente del activismo heroico y honesto de muchos de los militantes- una tradición oportunista y centrista, no una tradición del marxismo y del bolchevismo revolucionario. El método de Moreno se caracteriza por un semi-menchevismo que separa las tareas estratégicas de la revolución democrática, de la dictadura del proletariado. Moreno sostuvo abiertamente la necesidad de revisar la teoría de la revolución permanente de Trotsky[1]. La CCRI/RCIT comparte la idea de la importancia sobre la lucha por las reivindicaciones democráticas. Sin embargo, frente al morenismo, insistimos en que estas demandas democráticas sólo pueden realizarse en su totalidad si la clase obrera toma el poder y expropia a la burguesía.

 

De esto se desprende que la tradición morenista proclama como una tarea estratégica la creación de Estados no proletarios ("sin clases"). (Véase, por ejemplo, la consigna de "una Palestina unida laica, democrática y no racista"). Este es el mismo error que los estalinistas cometieron en la década de 1920 y principios de 1930 cuando repitieron la vieja fórmula bolchevique de la "dictadura democrática del proletariado y el campesinado".

 

En relación con esto, la CCRI/RCIT rechaza la concepción revisionista de Moreno de que una Asamblea Constituyente sería un camino privilegiado para instalar un gobierno obrero y el socialismo "en casi todos los países del mundo." [2] De hecho, el morenismo se adapta a la concepción centrista de una vía pacífica al socialismo. Los trotskistas deben plantear la consigna de una Asamblea Constituyente Revolucionaria en condiciones de un régimen burgués autoritario o donde las masas populares conserven ilusiones masivas en la democracia burguesa. Sin embargo los revolucionarios no deben difundir la ilusión de que el socialismo podría ser construido a través de una Asamblea Constituyente. Por el contrario, deben explicar que una revolución violenta y la destrucción del aparato estatal burgués son las condiciones previas para el triunfo de una revolución socialista.

 

En relación con esto, la tradición morenista resta la importancia crucial que tiene un partido revolucionario con el fin de tener una revolución socialista exitosa. Moreno afirmó que las revoluciones socialistas también serían posibles sin un partido revolucionario. [3] De hecho, sólo bajo el liderazgo de un partido revolucionario puede una revolución convertirse en socialista. Sin un partido así, será aplastada por la burguesía o se convertirá en una transformación política y/o social expropiada por la burguesía "democrática" o por burócratas estalinistas. Como resultado, el morenismo tradicionalmente se adapta de manera oportunista a diversas fuerzas no revolucionarias (por ejemplo, el peronismo y el castrismo).

 

Como consecuencia de esta falla metodológica, el morenismo cree que todos los movimientos de masas, automáticamente, se esforzarán por una dirección revolucionaria. De ahí que la UIT-CI apoyó acríticamente el reaccionario movimiento Euro-Maidan en Ucrania y su derrocamiento a finales de febrero 2014, a pesar de sus objetivos reaccionarios (adhesión de Ucrania a la UE imperialista) y su liderazgo reaccionario (de derecha y partidos fascistas). [4] En contraste, la CCRI/RCIT ni apoyó el movimiento Euro-Maidan ni al régimen de Yanukovich. Inicialmente apoyamos el levantamiento espontáneo de masas en la región de Donbass, hasta el momento en que la "República Popular" se convirtió en un fantoche del imperialismo ruso en el verano de 2014.

 

Asimismo, la UIT-CI considera que las protestas masivas reaccionarias en Brasil son "progresistas" a pesar del hecho que llaman a un golpe de Estado contra el gobierno de frente popular de Dilma Rousseff y que son organizadas por la oposición de derecha y fascista. [5] En contraste, la CCRI/RCIT se opone a estas manifestaciones reaccionarias y apoya las movilizaciones obreras y sindicales que se mueven contra un golpe de Estado y, al mismo tiempo, contra los ataques del gobierno con su política de austeridad.

 

Por la misma razón, el morenismo no pudo ver que debido a la falta de dirección revolucionaria fueron derrotadas las revoluciones políticas contra la burocracia estalinista en 1989-91 y esto terminó en una contrarevolución social.

 

La CCRI/RCIT declara que los revolucionarios siempre tienen que llevar a cabo un análisis concreto del movimiento de masas, con el fin de juzgar si se combate de manera objetiva por metas progresistas o reaccionarias, si esas metas tienen un carácter espontáneo o si están controladas por fuerzas reaccionarias.

 

Por último, la UIT-CI no entiende el carácter del actual período histórico desde 2008/09 como un período de creciente rivalidad interimperialista. No reconocen -como muchos otros centristas- que Rusia y China se han convertido en las nuevas potencias imperialistas. [6]

 

En resumen, hacemos un llamado a los militantes de la UIT-CI a romper con el método programático centrista del morenismo. Luchar junto a la CCRI/RCIT por un programa trotskista auténtico y por la creación de una nueva Internacional obrera revolucionaria.

 

 

 

Notas

 

[1] “Pareciera que el hecho de la contrarrevolución capitalista ha replanteado la necesidad de que tiene que haber una revolución democrática. E ignorar que, lo que se plantea en los países desarrollados donde hay regímenes contrarrevolucionarios, también es una revolución democrática, es maximalismo, es tan grave como ignorar la revolución democrático-burguesa en países atrasados. Esto es muy importante. No sé si es correcto o no. Si es correcto, hay que cambiar toda la formulación de las Tesis de la revolución permanente. Me da la impresión que es correcto, y que Trotsky apuntaba hacia allá. Si es correcto, cambia toda nuestra estrategia con respecto a partidos oportunistas, y en buena medida respecto a partidos burgueses que se oponen al régimen contrarrevolucionario. Como un paso hacia la revolución socialista, nosotros estamos a favor de que venga un régimen burgués totalmente distinto [al régimen contrarrevolucionario]. Así como estábamos a favor de la revolución democrático-burguesa, y decíamos que era distinta a la otra, [a la revolución socialista], que había que hacerla, que había que voltear al Zar, que era una tarea democrático-burguesa específica, hay que discutir si no hay ahora también una tarea democrático-burguesa específica, que es tirar al régimen contrarrevolucionario para que venga, aunque sea, un régimen burgués.” (Nahuel Moreno: Escuela de cuadros: Argentina 1984; Ediciones El Socialista, Buenos Aires, 2015, pág. 49. Véase también, por ejemplo, Nahuel Moreno: Las Revoluciones del Siglo XX, Buenos Aires, 1986, Ediciones El Socialista, Buenos Aires, 2014)

 

[2] Nahuel Moreno: Actualización del programa de transición (1980) Tesis XXVII, http://www.nahuelmoreno.org/pdf/actualizacion.programa.transicion.pdf

 

[3] "Nosotros creemos que en estos últimos cuarenta años se han producido fenómenos distintos a los que Trotsky vio, que nos obligan a empezar a elaborar entre todos —o lo harán algunos de ustedes dentro de algunos años— una nueva formulación, una nueva forma de escribir la teoría de la revolución permanente, tomando todos estos problemas. Tenemos que formular que no es obligatorio que sea la clase obrera y que sea un partido marxista revolucionario con influencia de masas el que dirija el proceso de la revolución democrática hacia la revolución socialista. No es obligatorio que sea así. Al revés: se han dado, y no está descartado que se den, revoluciones democráticas que en el terreno económico se transforman en socialistas. Es decir, revoluciones que expropien a la burguesía sin tener como eje esencial a la clase obrera —o teniéndola como participante importante—, y no teniendo partidos marxistas revolucionarios y obreros revolucionarios a su frente, sino partidos pequeñoburgueses.” (Nahuel Moreno: Escuela de cuadros: Argentina 1984; Ediciones El Socialista, Buenos Aires, 2015, pág. 15-16)

 

[4] Véase, por ejemplo, UIT-CI: The Social and Political drama of Ukraine, in: International Correspondence No. 34 (May-August 2014), pág. 15-17 (en inglés); Miguel Lamas: Ukraine: a revolutionary triumph of the masses, UIT-CI, 4/3/2014 (en inglés), http://uit-ci.org/index.php/news-a-documents/802-ukraine-a-revolutionary-triumph-of-the-masses

 

[5] http://unidospralutar.blogspot.com.br/2015/09/o-ato-do-ultimo-dia-18-foi-um-passo.html

 

[6] Véase (en inglés),  http://www.thecommunists.net/theory/china-russia-as-imperialist-powers/ y http://www.thecommunists.net/theory/imperialist-china-and-russia/