Turquía y la creciente tensión en el Mediterráneo Oriental

 

Tesis sobre las complejas contradicciones entre los poderes imperialistas y regionales, la Revolución Árabe y las consecuentes tácticas de los marxistas

 

Declaración de la Corriente Comunista Revolucionaria Internacional (RCIT), 28 de agosto del 2020, www.thecommunists.net

 

 

 

1.             Las tensiones entre el imperialismo y el poder regional en el Mediterráneo oriental crecen vertiginosamente, al grado de ser posible una Guerra en la región, algo que no se consideraba posible desde hace casi medio siglo. El trasfondo de esta situación es un complejo conjunto: intereses económicos, la rivalidad agravada entre varios estados y el proceso en curso de la Revolución Árabe.

 

2.             Estos recientes acontecimientos han sido detonados, básicamente, por 2 importantes acontecimientos relacionados entre sí. Primero, casi todos los estados de la región -Grecia, Chipre, Turquía, Israel, Egipto y Libia- están interesados en la exploración y explotación de petróleo y gas en nuevas áreas del Mediterráneo Oriental. Aunado a ello, se encuentran los intereses de grandes poderes imperialistas -particularmente la Unión Europea- para asegurar el acceso a estas indispensables materias primas. El impulso de los estados para controlar estas nuevas reservas de petróleo y gas, sin duda, se ha visto acelerado por la depresión de la economía mundial capitalista que comenzó a fines de 2019.

 

3.             La segunda razón de la creciente tensión en el Mediterráneo oriental es política. El declive general del capitalismo desde el inicio del actual periodo histórico en 2008 ha derivado en la aceleración de contradicciones, no solo entre las grandes potencias imperialistas -EE.UU., China, La Unión Europea, Rusia y Japón- también entre las potencias del Mediterráneo Oriental. El desarrollo de las condiciones se ha tornado más explosivo desde el inicio de la Revolución Árabe en los inicios de 2011. Este proceso revolucionario ha conseguido victorias parciales (p.e. el derrocamiento de Ben Ali, Mubarak, Gadaffi y Saleh), graves derrotas (la más importante: el golpe militar en Egipto en julio de 2013) y vaivenes en las luchas de liberación (Particularmente la revolución Siria contra la ocupación ruso-iraní-asadista; también en Yemen contra la invasión de Arabia Saudita / Emiratos Árabes Unidos y en Libia en oposición con la contrarrevolución del general Haftar). Además, la Revolución Árabe ha experimentado una segunda ola de levantamientos populares desde principios de 2019 (p.e. Sudán, Argelia, Irak y Líbano). Asimismo, se han producido repetidamente protestas masivas en Irán contra el ´régimen capitalista Mullah. Además, el estado sionista ha continuado con su brutal opresión del pueblo palestino, pero sin poder aplastar su heroica resistencia.

 

4.             En el contexto de la Primavera Árabe se han formado dos “Alianzas sagradas” contrarrevolucionarias. Una pertenece al eje del imperialismo ruso, Iraní, de Hezbollah y la dictadura de Assad; la otra está formada por Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Egipto, ellos con el pleno apoyo del imperialismo estadounidense e Israelí. Los intereses de dichas alianzas entran en conflicto entre sí en algunos temas (p.e. Irán y el control del Golfo Pérsico; la guerra civil en Yemen) y tienen convergencias en otros. En particular, comparten el deseo de aplastar el proceso revolucionario en Siria y Libia. Todos están motivados por su determinación de volver a imponer el silencio sepulcral anterior a 2011 en el mundo árabe dominado por dictaduras proimperialistas relativamente estables.

 

5.             En Libia, la clase dominante de Egipto, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita en conjunto con el imperialismo francés y ruso, apoyan en conjunto al general Haftar -un corrupto líder militar que primero trabajó para Gaddafi y después para la CIA. Haftar ha intentado derrocar al Gobierno de Acuerdo Nacional en Libia desde 2014 e imponer condiciones absolutistas similares a las que existen en las monarquías del Golfo o en Egipto desde 2013. Su oponente -el Gobierno de Acuerdo Nacional lidereado por Fayez al Sarraj- es un remanente de la burguesía del proceso revolucionario que inició en 2011.

 

6.             En contraste con estas contrarrevolucionarias “Alianzas sagradas”, algunos estados esperan alcanzar sus intereses explotando y contribuyendo materialmente varias luchas de liberación. Este es el caso particular de Turquía, que proporciona apoyo limitado a las fuerzas de liberación restantes en Idlib (p.e. su breve ofensiva militar en marzo de este año), así como al Gobierno de Acuerdo Nacional de Libia (los drones de Turquía jugaron un papel relevante en repeler la ofensiva de Haftar en los últimos meses). Otro ejemplo es el apoyo táctico que brinda Turquía a los líderes exiliados de la Hermandad Musulmana que enfrentan la persecución de la dictadura de Egipto. Qatar, un aliado de Turquía, juega un papel similar, aunque más limitado. Un ejemplo de ese apoyo son las aportaciones económicas que aporta para Gaza, dominada por Hamas. En reacción al reciente acuerdo entre los Emiratos Árabes Unidos e Israel, Turquía y Qatar firmaron un pacto militar el 17 de agosto que prevé el despliegue de su personal militar en Libia.

 

7.             Naturalmente, el apoyo de Turquía no es fortuito. A cambio de su apoyo material (incluido el militar), Ankara intenta conseguir ventajosos acuerdos de negocios. Además, intenta aumentar su control sobre las fuerzas de liberación sirias del gobierno Libanés. Lo cual no es solamente peligroso por sí mismo, ya que también acaba con la influencia popular sobre las fuerzas de liberación. También es perjudicial en la medida en que el régimen de Erdogan intenta promover sus intereses políticos y económicos mediante acuerdos con el imperialismo ruso y estadounidense. Una trampa particularmente peligrosa, como ha señalado repetidamente la RCIT, es el llamado proceso Astana/Sochi, que tiene como objetivo liquidar la Revolución Siria.

 

8.             Las tensiones en el Mediterráneo Oriental han aumentado en los últimos meses desde que, por un lado, Turquía aumentó su ayuda militar para el Gobierno de Acuerdo Nacional de Libia y contribuyó también en el retroceso de las fuerzas contrarrevolucionarias del general Haftar. Esto ha sido razón de alarma entre sus aliados: Egipto los Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita, Francia y Rusia. El general Sisi ha amenazado con invadir Libia. Por otro lado, en noviembre de 2019 Turquía presionó al Gobierno de Acuerdo Nacional para que firmara un Tratado de Límites Marítimos con el fin de establecer una Zona Económica Exclusiva. Este acuerdo, que forma parte de la doctrina “Mavi Vatan” de Ankara (“Patria azul” en turco), ha provocado protestas masivas y también propició que Grecia, Chipre, Egipto, Francia y los Emiratos Árabes Unidos emitan una declaración conjunta el 11 de mayo del 2020. Israel también se opone firmemente a este acuerdo. Recientemente, Grecia y Egipto firmaron un tratado de delimitación marítima. Este acuerdo atraviesa la región marcada por el acuerdo Libia-Turquía y ha provocado una rápida aceleración de las tensiones ya existentes. También refleja los lazos crecientes entre Grecia, Chipre, Egipto e Israel con el respaldo de varias grandes potencias europeas (en particular Francia). Para apoyar a sus aliados, Francia anunció su plan para aumentar su presencia militar en la región. Como primer pasó envió aviones de combate a Rafale y la fragata naval “Lafayette” al Mediterráneo Oriental. Los Emiratos Árabes Unidos también enviaron algunos aviones de combate F-16 a Grecia.

 

9.             Atenas, París y Brucelas protestan en contra del acuerdo turco-libio refiriéndose al hecho de que la zona en cuestión atraviesa un área del mar reclamada durante mucho tiempo por Grecia. Si bien esto es cierto, hay que tener en cuenta que estas afirmaciones se basan en el Tratado de Lausana de 1923. Este tratado fue impuesto a Turquía por las grandes potencias imperialistas que en ese momento apoyaron a Grecia y trataron de mantener a raya a la joven república. Es por ello que este acuerdo resulta extremadamente injusto para Turquía, ya que entregó casi todas las islas del mar Egeo -la extensión noreste del Mediterráneo oriental- a Grecia. Sin embrago, muchas de estas islas se encuentran muy cerca de la costa de Turquía. Como resultado, estas islas sirven para extender las fronteras marítimas de Grecia hasta y alrededor de la costa turca, dejando a Ankara con acceso limitado a las aguas circuncidantes.

 

10.          En resumen, todos los estados mediterráneos intentan promover sus intereses económicos explorando y explotando nuevos territorios con petróleo y gas. Sin embrago, estos intereses no existen en el vacío, sino que están incrustados en las condiciones políticas concretas del Medio Oriente caracterizado por el proceso de la Revolución Árabe y la formación de dos “Alianzas sagradas” contrarrevolucionarias. En tales condiciones, los conflictos entre estados no están determinados únicamente por intereses capitalistas “abstractos”. También son relevantes para el resultado de varias luchas democráticas y legítimas. Por lo tanto, al definir la táctica de los revolucionarios, todos estos cálculos deben ser considerados.

 

11.          La RCIT ha manifestado su apoyo a la Revolución Árabe desde sus inicios en 2011 hasta la actualidad. Por lo tanto, continuamos apoyando la lucha de liberación en curso contra la ocupación ruso-iraní-asadista. Del mismo modo, apoyamos al Gobierno de Acuerdo Nacional de Libia -a pesar de su carácter de remanente burgués de la revolución libia- en oposición a la contrarrevolución del general Haftar. Apoyamos cualquier ayuda material (incluida la material) a las fuerzas progresistas en estas luchas. Sin embargo, nos oponemos a cualquier condición política vinculada con dicho apoyo. Concretamente, damos la bienvenida a cualquier ayuda militar de Turquía a los rebeldes Sirios, así como al Gobierno de Acuerdo Nacional de Libia, pero rechazamos las condiciones políticas asociadas a esto.

 

12.          El conflicto en el Mediterráneo Oriental entre Turquía, por un lado, y Grecia, Chipre, Egipto, Israel, Francia y los Emiratos ÁRABES Unidos, por el otro, tiene un carácter múltiple. Hasta cierto punto representa la rivalidad que existe entre los estados que quieren apoderarse de la mayor cantidad posible de recursos de petróleo y gas. Sin embrago, esta rivalidad está entrelazada con: a) el deseo de los imperialistas europeos y de Israel de controlar el Mediterráneo Oriental y b) el proceso de la Revolución Árabe y los intentos de las dos contrarrevolucionarias “Alianzas sagradas” de aplastar las luchas de liberación en curso en toda la región. Además, la hostilidad pública contra Turquía juega un papel importante para que los gobiernos de la Unión Europea defiendan su islamofobia, un elemento ideológico crucial para la opresión nacional y religiosa de millones de inmigrantes musulmanes en Europa.

 

13.          Como ha expuesto la RCIT en varios documentos, Turquía es una semicolonia industrialmente avanzada, es decir, un estado capitalista que ocupa una posición subordinada en un mundo dominado por monopolios imperialistas y grandes potencias. Contrariamente a las afirmaciones de varios pseudoizquierdistas, no es ni un estado imperialista ni “subimperialista”. Sin embargo, el régimen de Erdogan intenta explotar la creciente rivalidad entre las grandes potencias, en particular entre los EE.U.., la Unión Europea, Rusia, China, para tener espacio para maniobrar y promover sus propios intereses capitalistas. Hemos señalado estos factores complejos en documentos anteriores: “Dado el carácter semicolonial de la burguesía de tales países, estos dependen y están subordinados a las potencias imperialistas. Sin embargo, si bien no pueden actuar independientemente de las potencias imperialistas a largo plazo, esto no significa necesariamente que no tengan intereses independientes en absoluto o que no tengan un margen de maniobra independiente limitado en absoluto. La clase capitalista del estado a menudo intenta utilizar el conflicto entre las potencias imperialistas y crear un espacio para expandir su influencia. El régimen de Erdogan en Turquía es un ejemplo de esto, ya que intenta enfrentarse a Rusia, EE.UU., y la Unión Europea”. (RCIT: Perspectivas mundiales de 2018, Tesis 23)

 

14.          En términos de política interna, el régimen de Erdogan es un gobierno basado en un sistema parlamentario burgués que adquiere cada vez más rasgos bonapartistas. Sin embargo, llamarlo “fascista”, como hacen muchos estalinistas, es una caricatura tonta del mismo término. Además, para característica importante de la política interna de Erdogan es la intensificación de la opresión nacional de la minoría kurda. Los revolucionarios en Turquía luchan por una república de trabajadores y campesinos pobres, y por el derecho incondicional a la autodeterminación nacional del pueblo kurdo.

 

15.          Como hemos mostrado anteriormente, la política exterior de Turquía, impulsada por los intereses capitalistas políticos y económicos de su propia burguesía entra en conflicto con los intereses de la Unión Europea imperialista y de las dos contrarrevolucionarias “Alianzas sagradas”. Este ha sido el caso en Siria, en Libia y en el actual conflicto marítimo. Entonces, mientras los gobiernos de la mayoría de los estados promueven sus intereses ayudando a la contrarrevolución Árabe, Turquía a veces se ve obligada, por sus propios intereses capitalistas, a obstruir estas fuerzas contrarrevolucionarias y a ayudar objetivamente (de manera muy limitada y traicionera) a las fuerzas involucradas en las luchas de liberación.

 

16.          En el caso de un conflicto de Turquía con un enemigo imperialista (por ejemplo, Rusia, Francia o Israel), se explica por sí mismo que los revolucionarios apoyen al primero. En el caso de los conflictos entre estados semicoloniales, los marxistas tienen que analizar las circunstancias concretas como hemos elaborado anteriormente. Sin embargo, por las razones explicadas anteriormente, en los enfrentamientos entre Turquía por un lado y Grecia, Egipto o los Emiratos Árabes Unidos por el otro, es muy posible que los revolucionarios estén obligados a ponerse del lado de Turquía y abrogar por la derrota de sus oponentes. Del mismo modo, como explicó repetidamente la RCIT, los revolucionarios tendrán que ponerse del lado de Irán, a pesar de la naturaleza reaccionaria de su régimen, en conflictos con Israel o con los aliados árabes del imperialismo estadounidense (por ejemplo, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos).

 

17.          Hubo una situación similar hace 3 años cuando Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos lanzaron una agresión contra Qatar. En ese momento, la RCIT se puso del lado de Qatar, como explicamos en ese momento: “Por ejemplo, en el caso de la agresión de Arabia Saudita / Emiratos Árabes Unidos contra Qatar desde el verano de 2017, defendimos al último a pesar de que formalmente todas las partes son estados semicoloniales. Sin embrago, como explicamos en nuestra literatura, bajo las circunstancias concretas, la agresión saudita tuvo un carácter completamente reaccionario ya que estaba atacando a Qatar debido al apoyo posterior al movimiento legítimo de resistencia que lucha contra la ocupación imperialista y la dictadura (p.e. la Hermandad Musulmana de Egipto, el Hamas palestino, Rebeldes sirios o los talibanes afganos), por su apoyo al canal de televisión Al-Jazeera, así como por su oposición a la campaña de guerra de Estados Unidos, Israel y Arabia Saudita contra Irán. En resumen, la agresión saudita contra Qatar fue parte de los esfuerzos de Riad para liquidar por completo todos los obstáculos para el establecimiento de un orden contrarrevolucionario estable y completamente pro estadounidense y pro israelí en la región”. (RCIT: Perspectivas Mundiales 2018, Tesis 27)

 

18.          Las tácticas militares de Marx y Engels en Europa en la segunda mitad del siglo XIX son muy constructivas para el tema en discusión, es decir, para las guerras entre países semicoloniales. En ese momento identificaron a la Rusia zarista (que junto con las monarquías de Prusia y Austria-Hungría constituían la “Santa Alianza”) como el principal enemigo de la lucha de liberación de la clase obrera europea y el pueblo oprimido. De ahí que abrogaran por una “guerra popular revolucionaria” contra Rusia durante la Revolución de 1848/49 como una especie de política exterior equivalente a la estrategia de revolución permanente en los asuntos internos. “Si los prusianos se alían con los rusos, los alemanes se aliarán con los franceses y unidos emprenderán la guerra de Occidente contra Oriente, de civilización contra barbarie, de república contra autocracia. Queremos la unificación de Alemania. Sin embargo, solo como resultado de la desintegración de las grandes monarquías alemanas pueden cristalizar los elementos de esta unidad. Solo se unirán por el estrés de la guerra y la revolución. (“Karl Marx / Friederich Engels: Amenaza del periódico Gervinus (1848); en: MECW Vol. 7, p. 116). Mientras la revolución era derrotada, Marx y Engels siguieron viendo a la Santa Alianza como el principal obstáculo para la lucha de liberación en Europa. Por lo tanto, se pusieron del lado de los enemigos de la Rusia zarista en guerras posteriores e incluso instaron a estos países a librar la guerra contra Rusia con más energía (por ejemplo, de Inglaterra y Francia en la guerra de Crimea 1853-56 o de Turquía en 1877-78).

 

19.          De igual forma, la RCIT apoya la Revolución Árabe y llama a su transformación en un proceso de revolución permanente hasta que los trabajadores y campesinos pobres derroquen los regímenes y tomen el poder, expropien a la burguesía y expulsen a las potencias imperialistas de toda la región. ¡Hacemos el llamado para levantamiento único en todo el Medio Oriente -desde Bagdad y Beirut, Idlib, Trípoli, Saná, Gaza, El Cairo, Argel, Jartum hasta Teherán- como el camino a seguir hacia la Federación Socialista del Medio Oriente! Dicho proceso también incluirá “guerras populares revolucionarias” contra las fuerzas imperialistas, el estado sionista y contra las dictaduras árabes. De hecho, resolver las tareas democráticas y sociales de la revolución permanente requiere no solo una guerra civil contra la burguesía local, sino de igual forma, contra las fuerzas contrarrevolucionarias y los estados imperialistas extranjeros. Toda la concepción de la revolución permanente, tal como la desarrolló en su totalidad León Trotsky, se basa en la noción de que no existe un muro chino entre las tareas internas y externas de la lucha por la liberación, sino que son mas bien una parte integrada de la totalidad del programa revolucionario. “El segundo aspecto de la teoría “permanente” tiene que ver con la revolución socialista con tal. Durante un tiempo indefinido y en constante lucha interna, todas las relaciones sociales experimentan una transformación (…). Los estallidos de guerras civiles y extranjeras se alternan con periódicos de reforma “pacífica” (…). Ahí radica el carácter permanente de la revolución socialista como tal”. (Leon Trosky: La Revolución Permanente (1929), Pathfinder Press, Nueva York 1969, págs. 132.133). Atacar, debilitar y derrocar al enemigo en casa puede ayudar a derrotar al enemigo en el exterior. Y atacar, debilitar y derrotar al enemigo en el exterior puede ayudar a derrocar al enemigo en casa. Esta es también, mencionando brevemente, la lógica última detrás de la famosa estrategia bolchevique de “la conversión de la guerra imperialista en una guerra civil”.

 

20.          Mientras los trabajadores y los oprimidos aún no hayan tomado el poder, es decir, mientras la burguesía siga siendo la clase dominante, los marxistas deben analizar cada conflicto entre países semicoloniales de manera concreta para elaborar sus tácticas. Están obligados a juzgar si la derrota de tal o cual bando es ventajosa para los intereses de la revolución, si es el mal menor desde el punto de vista de la clase obrera internacional, o si los oprimidos no tienen bando para elegir y deben oponerse a todas las partes de la guerra por igual. Los revolucionarios también derivar de ese análisis si llaman a un estado a entrar en una guerra. Asimismo, dicho análisis les informará si defenderán tales tácticas como “lema del día” o si se limitarán a hacer propaganda generalizada de tales tácticas. Por cierto, esa diferenciación -entre defender una táctica como “lema del día” o más bien educar a la vanguardia a través de la propaganda generalizada- es siempre necesaria; no solo en el caso de la guerra, sino también cuando se trata de otras tácticas como manifestaciones masivas, huelga general, levantamiento armado, etc.

 

21.          Es un componente integral del proceso de construcción del Partido Revolucionario Mundial -el instrumento más importante del proletariado en su lucha de liberación- combinar el análisis teórico y los principios revolucionarios con una evaluación concreta de todas y cada una de las situaciones en su totalidad y derivar en el resultado táctico. Los marxistas pueden proporcionar a la vanguardia una orientación correcta en períodos tormentosos de guerras y revoluciones sólo si demuestran ser capaces de aplicar este enfoque dialéctico de manera concreta en todas y cada una de las situaciones. Esto es aún más relevante en la fase actual donde los marxistas revolucionarios todavía están en la etapa de construcción de núcleos de partidos revolucionarios y donde deben echar raíces entre la vanguardia de la clase trabajadora y los oprimidos.

 

 

 

Secretariado Internacional de la RCIT

 

 

 

* * * * *

 

 

 

La RCIT ha publicado varios documentos sobre la segunda ola de la Revolución Árabe a los que se puede acceder en una subsección especial en este sitio web: https://www.thecommunists.net/worldwide/africa-and-middle-east/collection-of-articles-on-2nd-wave-of-great-arab-revolution/.

 

Nos referimos específicamente a:

 

RCIT: El dictador egipcio Sisi amenaza con invadir Libia. ¡Derrota al bandido contrarrevolucionario Haftar y a los poderes detrás de él! 24 de junio del 2020, https://www.thecommunists.net/worldwide/africa-and-middle-east/egypt-s-dictator-sisi-threatens-to-invade-libya/

 

Michael Pröbsting: Perspectivas mundiales 2018: Un mundo preñado de guerras y levantamientos populares. Tesis de la situación mundial, las perspectivas de la lucha de clases y las tareas de los revolucionarios, RCIT libros, Febrero 2018, https://www.thecommunists.net/theory/world-perspectives-2018/

 

Conoce también la compilación de nuestros documentos sobre la Revolución Siria aquí: https://www.thecommunists.net/worldwide/africa-and-middle-east/collection-of-articles-on-the-syrian-revolution/