¡Alto a la contrarrevolución imperialista en Medio Oriente!

 

Articulo de Agrupación de Lucha Socialista (ALS)

 

 

 

Desde 2011 en Medio Oriente y el Magreb (Norte de África) se alzaron las masas obreras y campesinas por pan y contra los regímenes de sus países. Desde entonces vimos una cadena de revoluciones, una tras otra en las cuales se tiraron dictaduras de décadas como la de Ben Alí en Túnez (fue el dictador desde 1987 y hasta 2011) o la de Mubarak (dictador de 1981 a 2011) en Egipto. Todas fueron revoluciones contras sus dictaduras, exigían el pan que les era negado, exigían la caída de las guras más representativas de los explotadores y represores de los pueblos del Magreb y Oriente Medio. Libia no solo fue testigo de la caída de Gadaffi (dictador de 1970 a 2011), sino también de la muerte del dictador a manos de la clase obrera que cobró justicia.

 

En Siria las masas desde 2011 se levantaron y enfrentaron al régimen del asesino Bashar al-Assad. Los levantamientos fueron cercados por todos lados, con la alianza de múltiples países (EUA, Francia, Israel, Irán, Irak, Arabia Saudita, Rusia, el Hezbollah en Líbano y la burguesía kurda, por mencionar algunos) en contra del pueblo sirio que ha demostrado valentía ante los continuos embates no solo del Daesh (Estado Islámico) sino de las fuerzas militares de al-Assad, del imperialismo yankee y sus compinches: Rusia, Francia y otros. Desde 2011 que se desató la revolución y dada la virulencia con la que masacró Bashar y el imperialismo yankee al pueblo sirio, se han cobrado la vida de más de 400 mil sirios, así como 10 millones de refugiados y desplazados que viven en el desierto en las colindancias de las zonas ocupadas o atacadas. Todas las fuerzas contrarrevolucionarias se han alineado para aplastar la revolución siria. El imperialismo yankee discursivamente se posicionó en contra de Bashar, pero en los hechos lo sostuvo y ahora pide su renuncia simulando democracia sin importarle la masacre que juntos han llevado a cabo, al igual que Putin y la gran parte de la izquierda que les hace el juego, acusando a las masas insurrectas de ser tropas de la OTAN y agentes del imperialismo (omitiendo que de todas las fuerzas que intervienen en la guerra civil en Siria, las únicas que realmente combaten al Estado Islámico, al asesino Bashar y al imperialismo, son las milicias populares). Todos han actuado juntos para intentar apagar la llama que incendia Medio Oriente.

 

A esa izquierda traidora, como los estalinistas, que defendió a Gada y ahora deende al gobierno de Bashar, asegurando que es un régimen “anti-imperialistas” y por tanto hay que posicionarse de su lado, hay que desmentirlos y combatirlos. Nada de anti-imperialistas, ninguno de los dictadores ejerció una política de rechazo o enfrentamiento en los hechos en contra del imperialismo, le fueron y son serviles en todo momento, mientras se dedican a masacrar y hambrear a los pueblos.

 

Para sostener a al-Assad, Putin entró a escena del bando “supuestamente” contrario a Obama. Rusia inició bombardeos en Siria, los cuales, en vez de atacar los lugares donde controla el Estado Islámico, se concentran en las llamadas zonas rebeldes, agudizando la ofensiva contra las masas sublevadas en contra de Bashar.

 

Terror en París: el verdadero culpable

 

Los recientes atentados ocurridos en París, sirven de pretexto para que EUA, Rusia, Israel, Francia y compañía, que ya se habían coordinado en Viena, se alineen abiertamente para seguir aplastando la revolución Siria y los levantamientos en Medio Oriente. A pesar de que comercialmente, países como Rusia, China, Estados Unidos, Francia y otros, tengan roces y puedan llegar a confrontarse, cuando se trata de aplastar a las masas, no hay diferencias entre ellos, muestran su verdadero rostro y golpean juntos, para repartirse después el botín.

 

Los gobiernos imperialistas que se dan golpes de pecho por lo ocurrido en París, guardan silencio sobre las masacres que ellos mismos perpetran y han ejecutado. Francia ya había bombardeado Siria, desde antes de los atentados en París y ahora, aprovechando la psicosis del miedo al terrorismo, militariza su propio país e impone un estado de excepción para evitar toda manifestación que cuestione su política belicista, atizando el odio racial, el rechazo a los refugiados y musulmanes. En un contexto en el que grupos neonazis o abiertamente fascistas, están tomando cierta fuerza en países como Ucrania y Grecia, como consecuencia de la crisis capitalista y las traiciones e incapacidades de la izquierda, la reacción de Hollande y los gobiernos imperialistas, es reaccionaria y promueve el nacionalismo de extrema derecha, buscando apoyarse en el pueblo atemorizado por el supuesto terrorismo para favorecer la intervención militar en Medio Oriente.

 

Los terribles atentados de París, Beirut, Malí, etc, son consecuencia directa de la intervención imperialista. Con el pretexto de combatir al Daesh (Estado Islámico), lo único que pretenden es aplastar la revolución en Medio Oriente para poder rapiñar tranquilamente la región. En realidad no combaten al Daesh, cuando les conviene le compran petróleo o lo utilizan como arma de la contrarrevolución. No se nos olvida tampoco, que el Estado Islámico es el hijo bastardo del imperialismo, que en su momento entrenó a los que ahora llaman terroristas, para intervenir en la guerra Afgano-Soviética. Ellos son los responsables de esas y muchas otras masacres.

 

Este alineamiento, sirve también para fortalecer el ataque de Israel contra el levantamiento palestino. El principal objetivo es evitar que las luchas de Medio Oriente se expandan y articulen en una nueva revolución, que rebase las fronteras. Con la clase obrera griega encabezando nuevas olas de huelgas generales y movilizaciones, millones de refugiados entrando a Europa, la resistencia yemení de pie y Palestina al borde de una tercer Intifada, no sólo peligra el sionismo, y los regímenes de Oriente Medio, la llama de la revolución puede entrar a Europa vía la Grecia rebelde.

 

Gran parte de la izquierda, emite sus condolencias por lo ocurrido en París, pero se les olvida denunciar la ofensiva contrarrevolucionaria que avanza sobre Siria y Medio Oriente, no sólo hoy, sino desde que iniciaron los levantamientos en 2011.

 

Paremos la guerra: ¡aplastemos la contrarrevolución!

 

En este conflicto, los explotados y oprimidos del mundo, sólo podemos estar de un lado: con las masas árabes en lucha, en contra de la intervención militar imperialista. La clase obrera de todo el mundo, tiene que levantarse para vencer este alineamiento contrarrevolucionario. En los países imperialistas, en Europa y particularmente en Francia, los trabajadores no deben brindar ningún apoyo a sus gobiernos chauvinistas, hay que repudiar las marchas silenciosas encabezadas por Hollande, que sirven de apoyo para justificar los bombardeos en Siria. Hay que luchar también contra la militarización y el estado de excepción permanente, al interior de los propios países imperialistas, y contra sus políticas nacionales de hambre y miseria.

 

Al Estado Islámico (arma de la contrarrevolución) no lo va a derrotar el imperialismo y sus bombas, el imperialismo y su Estado Islámico sólo pueden ser derrotados por las masas armadas e insurrectas de Medio Oriente con todo el apoyo y la solidaridad de la clase trabajadora mundial. No sólo el Estado Islámico tiene que ser derrotado, también el imperialismo que es la verdadera cara de la contrarrevolución. Por eso desde la ALS, llamamos a partidos, sindicatos, organizaciones de izquierda y al conjunto de la clase obrera a generar y promover acciones internacionalistas de solidaridad activa con Siria y Medio Oriente, a apoyar con todos los medios posibles a la resistencia. En cada continente, país, región, comunidad y centro escolar o de trabajo, conformemos comités internacionalistas de solidaridad con la resistencia del pueblo árabe en Siria, el Magreb y Medio oriente. Es fundamental también, construir el partido internacional que dirija la lucha a su verdadero triunfo.

 

¡Rechazo a las acciones islamófobas, racistas y a las políticas en contra de los migrantes y refugiados!

 

¡Abramos las fronteras en todo el mundo para los refugiados!

 

¡Alto a la guerra imperialista, viva la lucha de las masas árabes por su liberación!