Lucha Socialista #19 EDITORIAL

 

Agrupación de Lucha Socialista (Sección mexicana de la CCRI), 9 agosto, 2018, https://agrupaciondeluchasocialistablog.wordpress.com

 

 

 

En nuestra prensa Lucha Socialista (LS) #19 hablamos de la multiplicación de protestas y su radicalización en muchos casos como resultado del recrudecimiento de las políticas de despojo por parte del gobierno del Pacto por México y las trasnacionales a las que sirven; sin embargo, también advertimos los problemas de fragmentación y aislamiento en la que se encuentran dichas protestas, situación que se está ahondando a partir del triunfo electoral de López Obrador. Aunque el régimen neoliberal continuará, la transición hacia el nuevo gobierno encabezado por MORENA -al autonombrarse de izquierda- está reconfigurando el terreno de lucha generando grandes dudas entre las bases y sus direcciones que giran en torno a: ¿es correcto acercarse o no al gobierno de AMLO? y ¿cómo dirigirse al gobierno de Obrador, como aliado o enemigo del pueblo? A ello respondemos que, de un lado, los Romo, Urzúa, Moctezuma y demás personajes de la dirigencia obradorista son enemigos probados del pueblo; por otro lado, los trabajadores, jóvenes, mujeres, indígenas y demás sectores que votaron por Obrador con la expectativa de un cambio, son aliados en la lucha.

 

Debemos reconocer que el total de los 30 millones que votaron por AMLO no es homogéneo, más allá de una minoría de seguidores incondicionales, y los oportunistas que brincan de un partido a otro, existe un gran porcentaje que votó por Obrador como un contrapeso electoral que podría sacar al PRI y al PAN de los Pinos, pero que están expectantes y le exigirán resultados concretos. A todos ellos y a los millones que no votaron debemos dirigimos para desenmascarar la política contra la clase trabajadora que ya estará realizando el gobierno de MORENA para prevenir futuras derrotas del movimientos social. Asimismo,debemos empujar el ánimo que permea en la gente hacia las calles y hacia la autoorganización independiente del régimen, ¡esos 30 millones y más tenemos que tomar las calles de este país hasta conseguir nuestras demandas!

 

En primer lugar, ponemos en claro que, MORENA no es un partido de izquierda. Es un partido burgués con tintes populistas. Basta con observar los 3 pilares en los que se está basando AMLO para su transición pactada con el régimen: 1) la Reconciliación con la administración de EPN, es decir, no castigará a los políticos corruptos y asesinos responsables de Ayotzinapa, de Nochixtlán, de Tlatlaya, ni de los miles de feminicidios; 2) la continuación de las Reformas Estructurales, esto es, ha declarado la protección del proyecto de los grandes monopolios mundiales y 3) la cooptación de los principales movimientos sociales ya sea, a través de la presión hacia el diálogo, negociación y desmovilización, o, de la prebendas, puestos y migajas del presupuesto para frenarlos en la luchas por sus demandas.

 

Este último punto es el más peligroso para los procesos en resistencia y para el pueblo en general ya que antes el enemigo era más visible (el PRI corrupto, el PAN represivo que militarizó al país, el traidor del PRD), mientras que, ahora, el nuevo gobierno, al presentarse como el salvador del pueblo, nos obliga a distinguir al lobo bajo la piel de cordero. Bajo estas circunstancias, hoy más que nunca, las bases de cada organización, movimiento social y sindicato deben mantenerse vigilantes de sus direcciones, sobre todo, cuando dejen de movilizarse, pretendan negociar a sus espaldas, o subordinen su agenda propia a los tiempos y condiciones del gobierno; será necesario que las bases presionen a sus direcciones para avanzar en sus demandas concretas hasta conseguirlas, y si traicionan, revocarlas y elegir otras consecuentes y honestas.

 

Por otro lado, debemos de reconocer que la ilusión del pueblo depositada en un caudillo como Obrador en buena parte se debe a que la izquierda revolucionaria no hemos generado, aún, un referente suficientemente amplio, consecuente y determinado para luchar junto a las masas por sus reivindicaciones siendo uno de los principales retos que tenemos por delante. Precisamente ante este escenario vemos que la izquierda organizada está en una crisis cuya expresión se empieza a dibujar en dos posiciones extremas: la oportunista y la ultraizquierdista.

 

Desde la fundación de la ALS hemos declarado que la falta de avance en la lucha de clases es en buena parte por sus direcciones burocráticas y reformistas; pues bien, ante el ascenso de MORENA, este tipo de líderes están y estarán impulsando con mayor terquedad -pero ahora “justificada en que es un gobierno aliado a los pobres”- su inserción personal dentro del aparato estatal a través de la “cooperación” con el nuevo gobierno utilizando para ello la fuerza de sus bases y cuya consecuencia será la desmovilización, división y fracaso.

 

Esto lo hemos visto con parte de la dirección de la Sección 22-CNTE que llamaron indirectamente a votar por López Obrador, redujeron sus últimas acciones en la capital y ahora algunos de sus miembros ya tienen diputaciones; o bien, el caso de Nestora Salgado quien después de ser excarcelada dejó a la policía comunitaria para tener una senaduría a lado del corrupto de Félix Salgado Macedonio por Guerrero, debilitando el proceso autónomo de seguridad de las comunidades.

 

En el otro extremo se encuentra el ultraizquierdismo encabezado por el EZLN quien en sus últimas declaraciones, “La Gran Final” y su Comunicado del 17 de julio, critican con cierto purismo a quienes buscan audiencia con el nuevo gobierno; mientras que el EZLN hizo su propia experiencia con Cárdenas y luego en el diálogo que sostuvo con el gobierno de Zedillo arrancándole los Acuerdos de San Andrés Sacamen’ch, siendo hasta después de aprender por la mala, que el EZLN abandonó correctamente toda tentativa de acercamiento hacia los partidos e instituciones, pero ahora denosta otras luchas que están haciendo su propia experiencia. Lamentablemente esas fallas de memoria resultan en inconsecuencia y sí, en sectarismo también, al referirse a los votantes por Obrador como aquellos que “Tratan, pero no entienden.  O sí entienden, pero no es hora de entender, sino de festejar” (SubComandante Galeano, 4/07/18); pero, sobre todo, al dejar a su suerte a todos esos procesos de lucha, sin un acompañamiento directo y una compartición pedagógica desde su propia experiencia.

 

En vez de regañar y pelearnos con los demás movimientos sociales -que es lo que busca la política de cooptación de MORENA-, deberíamos estar desenmascarando a AMLO planteando: ¿por qué si Obrador ha dicho que en su gobierno estarán primero los pobres, los primeros con los que se ha reunido desde su triunfo han sido el Consejo Coordinador Empresarial, EPN y funcionarios de Trump, mientras que a Atenco le cierra las puertas y a las organizaciones sociales contra las mineras o a las madres víctimas de feminicidio de CD. Juárez las atienden los funcionarios de bajo rango de MORENA en su casa de campaña? Si bien como ALS no estamos de acuerdo y denunciamos las negociaciones que los oportunistas buscan con MORENA para vender las luchas, reconocemos como un caso aparte las protestas y exigencias de algunos movimientos como Nuestras Hijas de Regreso a Casa, organizaciones opuestas a la minería y la Plataforma contra la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM), encabezada por Atenco, efectuadas frente a la casa de campaña de MORENA pues, aun cuando no ha asumido formalmente el gobierno, vislumbran la presión a la que estará sometido Obrador por parte del pueblo a medida que sus políticas neoliberales avancen.

 

Para la izquierda y los distintos referentes del movimiento social se presenta un gran reto: sucumbir al canto de las sirenas de MORENA y desmovilizarse, o, articular una fuerza independiente junto a las masas que presionen a Obrador en las calles para que cumpla lo que prometió y aún más. Frente a las desviaciones oportunistas y sectarias, que representan dos lados de la misma moneda (ya que ambos, a pesar de sus diferentes métodos, llevan a la lucha de clases a su fracaso o aislamiento), como Agrupación de Lucha Socialista (ALS) llamamos a no depositar ilusiones en el nuevo gobierno sino a confiar en nuestras propias fuerzas, impulsando la organización independiente, la movilización en las calles y recuperando nuestros métodos tradicionales de lucha, que son nuestras únicas vías efectivas para conquistar nuestras demandas y pugnar por construir un Gobierno de los Trabajadores del campo y la ciudad.

 

Desde la ALS estamos por la formación de un polo de oposición anticapitalista junto con los trabajadores y pueblos en resistencia unificados en un frente nacional de lucha bajo un programa que recupere nuestras principales reivindicaciones y cuyos ejes peleen firmemente por el rechazo definitivo a la Reconciliación de AMLO con Peña Nieto y demás personajes que han asesinado y saqueado al pueblo, por la exigencia de la Cancelación inmediata de las Reformas Estructurales y por la plena independencia de las organizaciones sociales y sindicatos con respecto al régimen neoliberal y al gobierno de AMLO como condiciones mínimas para avanzar en la conquista de justicia y mejores condiciones de vida para la clase trabajadora.

 

 

 

¡NO MÁS IMPUNIDAD, CASTIGO A LOS FUNCIONARIOS CORRUPTOS Y A LOS CRIMINALES CULPABLES DE LA VIOLENCIA Y DE LOS MILES DE DESAPARECIDOS!

 

¡ECHEMOS ABAJO LAS REFORMAS ESTRUCTURALES!

 

¡NO AL AEROPUERTO EN TEXCOCO, NO A LOS MEGAPROYECTOS DE DESPOJO!

 

¡POR LA NACIONALIZACIÓN DE LA TIERRA Y TODOS LOS RECURSOS ESTRATÉGICOS Y SU ADMINISTRACIÓN POR LOS TRABAJADORES Y PUEBLOS!

 

¡POR UN GOBIERNO OBRERO, CAMPESINO, INDÍGENA Y POPULAR!

 

¡FORMEMOS COMITÉS Y ASAMBLEAS EN CADA BARRIO, CENTRO DE TRABAJO Y ESCUELA!