CCRI: Manifiesto por la Liberación Revolucionaria

Las tareas de la Lucha de Liberación en contra del capitalismo decadente

Manifiesto para la revolución socialista de los obreros y oprimidos

Adoptado por el primer congreso de la Corriente Revolucionaria Comunista Internacional (CCRI), Octubre del 2016, www.thecommunists.net

 

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Contenido


Introducción


I. Capitalismo en decadencia


II. El panorama internacional del periodo histórico revolucionario


III. La ofensiva reaccionaria de la clase dominante


IV. Un programa para la Revolución Socialista para detener el colapso de la humanidad en la barbarie
¡Defensa de los derechos democráticos! ¡Abajo el bonapartismo, las monarquías y las dictaduras!
¡Abajo con la austeridad, la precariedad y la privatización! ¡Contra los acuerdos de “Los libres tratados” de las Grandes Potencias!
¡La tierra para los campesinos! ¡Nada de tierra acaparada para las corporaciones multinacionales!
La lucha por los oprimidos contra la agresión imperialista
Militarismo y rivalidad interimperialista entre los grandes poderes
La defensa de las minorías contra la opresión nacional
La lucha contra la violencia hacia la mujer
Capitalismo y cambio climático
El gobierno de los obreros y campesinos versus “El Gobierno de izquierda”
Hacia una expropiación de la burguesía ¡Por la Revolución Socialista!


V. La crisis de dirección y la construcción del Partido Revolucionario Mundial


VI. El trabajo en organizaciones de masas y la táctica del Frente Único


VII. El Sur semi-colonial
Oriente Medio y el Norte de África
America Latina
Asia
África subsahariana


VIII. Las grandes potencias imperialistas emergentes de Oriente: China y Rusia


IX. Las antiguas grandes potencias imperialistas: la Unión Europea, América del Norte y Japón


X. Conclusión y Apéndice

 

 

* * * * *

 


 

Introducción

 

El mundo en el que vivimos está en incertidumbre. El capitalismo ha entrado en un periodo de crisis continua. De hecho, está en declive. El cambio climático, negado por mucho tiempo por grandes corporaciones y sus gobiernos titiriteros, está poniendo en peligro grandes sectores de la humanidad. La clase dominante alrededor del mundo está acelerando implacablemente sus ataques hacia los obreros y los pobres. Los grandes poderes imperialistas de oriente y occidente, cuya rivalidad mutua se identifica constantemente, aterrorizan a las personas del mundo semi-colonial tanto militar como económicamente por vías de la sobreexplotación. Los oprimidos han iniciado la lucha de masas para rebelarse en contra de esta situación una y otra vez, incluso al grado de levantamientos armados rebeldes y guerras civiles. Pero han sido traicionados por sus líderes quienes están vendiendo dicha lucha siendo pagados por puestos gubernamentales, si no es que corruptos, faltos de un programa válido de derrocar líderes avaros.

Los años siguientes serán marcados por una ofensiva reaccionaria de la clase dominante, pero, también de la lucha de masas de obreros y oprimidos. Este es el momento de cada persona para decidir. Todos aquellos que no quieren sentirse indiferentes; todos aquellos que quieran un cambio en el destino de los oprimidos, deberían unirse a la lucha. Pero aquel o aquella que debería unirse a la lucha, no debería hacerlo como un ciego temerario, sino con un plan, un programa y como parte de un colectivo.

La CCRI llama a todos los revolucionarios a una concentración bajo la bandera de un auténtico Marxismo. Nosotros queremos unir a todos aquellos que puedan identificar el siguiente programa y quienes estén dispuestos a dedicar seriamente sus vidas a la liberación de lucha de la clase obrera y oprimida. Nosotros no tenemos tiempo que perder. Tenemos todo para ganar. Nuestra lucha en contra de la clase dominante no será fácil ni en poco tiempo. Nos tomará años y demandara grandes sacrificios por parte de todos nosotros. Pero, ¿acaso puede haber un objetivo más alto para la vida de uno que dedicarla a la lucha para la emancipación universal; para salvar el futuro de la humanidad?

Estamos demasiado conscientes de que la característica más importante del presente periodo es el inmenso vació entre: por un lado la intensificación de la lucha de clases así como la urgencia objetiva de derrocar al capitalismo y, por el otro lado, el actual número menor de fuerzas revolucionarias. Esto, sin embargo, no es razón para desesperar, al contrario debería de aumentar y fortalecer nuestro compromiso y deber para unir a los revolucionarios auténticos en la base de un programa serio y formar perspectiva para fundar un partido mundial revolucionario.

La CCRI está emitiendo este Manifiesto con la finalidad de presentar una plataforma por la cual todos los revolucionarios puedan unirse e intervenir en la lucha de clases en el periodo ante nosotros. Este manifiesto constituye una reconfirmación, continuación y actualización del programa de la CCRI publicado en 2012, mientras tomando en cuenta las lecciones importantes y experiencias de la lucha de clases mundial durante los últimos cuatro años.


I.             Capitalismo en decadencia

 

El presente periodo histórico que inició en 2008 es caracterizado por una dramática decadencia de las fuerzas productivas del capitalismo. Mientras la CCRI ha elaborado numerosos documentos, esta decadencia manifiesta en sí misma la dramática profundidad de la Gran Recesión del 2008/09 y la falta de cualquier crecimiento dinámico desde entonces, y la aproximación de la siguiente recesión

Sin embargo, la decadencia de las fuerzas productivas es reflejada más dramáticamente por el deterioro de condiciones vividas de para la clase obrera mundial, el campesinado y pobres urbanos-aquellos que constituyen una vasta mayoría de la humanidad. Oficialmente más de 200 millones de personas están desempleadas, pero la figura real es mucho más alta. De acuerdo a la ONU, 100,000 personas a lo largo del mundo mueren de hambre cada día, y, aproximadamente 852 millones sufren de hambre crónica. Esta situación escandalosa existe a pesar del hecho de que el mundo produce más de 11/2 veces suficiente comida para cada uno en el planeta. Sin embargo, en un mundo cuyas 2.2 billones de personas viven con menos de $2 dólares (en 2011), muchos no pueden costear comprarse suficientes cantidades de comida.

Al mismo tiempo, la inequidad ha incrementado dramáticamente. De acuerdo al último estudio de OXFAM, en 2015, los 62 individuos ricos en el mundo manejan la misma cantidad de ganancia así como el 3.6 de personas que constituyen el fondo económico de la mitad de la humanidad. Pero esto solo es la punta del iceberg. Nunca antes la desigualdad entre las clases y las naciones ha sido tan grande a un nivel global. De acuerdo a las figuras del Credit Suisse--una fuente que no puede acusarse de una ideología anticapitalista-- una insignificante minoría (0.7% de la población mundial), representa largamente la clase capitalista mundial, es dueña del 41% de la riqueza mundial. La clase media mundial (7.7% de la población mundial) poseen, entre todas, aproximadamente la misma cantidad (42.3% de la riqueza mundial). El siguiente 22.9% de la población mundial, probablemente representa una ración significante de la clase trabajadora de los países imperialistas y de la clase media del mundo semi-colonial, poseen el 13.7%, y la mayoría de la población mundial (68.7%)- representando la mayoría de la clase trabajadora y los campesinos pobres del Sur- poseen lo poco que queda, solo el 3% de la riqueza mundial.

Como Marx señaló, el capitalismo en decadencia transforma ampliamente fuerzas productivas en fuerzas de destrucción. Un ejemplo de esto es el cambio dramático en el clima y sus consecuencias para muchos países y sus poblaciones. Los científicos estiman que las prácticas de hoy en día el uso de energía de carbono intensiva, con los resultados en el cambio climático que esto incluye, causará 6 millones de muertes al año para el 2030. Ellos también advierten que "a menos que la una acción preventiva sea tomada, entre el 2050 y ahora el cambio climático empujará a gente desplazada globalmente a al menos 1 billon."

Otro ejemplo es la transformación horrífica de las fuerzas productivas en destructivas es el incremento masivo del gasto militar. Los grandes poderes- liderados por Estados Unidos y seguidos por China, Rusia, Francia, el Reino Unido y Alemania-anualmente gastan más de $1.2 trillones de dólares por armas y sistemas relacionados.

El incremento en el número de guerras y ocupaciones militares ha llevado a un dramático incremento en el número de víctimas de guerra y desplazamiento de personas. Tan solo en Siria, al menos 470,000 personas han sido asesinadas como resultado de la determinación del régimen de Assad de sujetarse al poder y el privilegio. De acuerdo a la ACNUR, el número global de gente desplazada roza entre el 42.4 millones (2011) y el 63.5 (2015), ¡y el asombroso incremento del 50% en tan solo cuatro años!

¿Cuáles son las razones de la crisis histórica del capitalismo? Significativamente, ellos no pueden ser encontradas en las malas decisiones de los políticos o la avaricia de los capitalistas-- aún a pesar de que ambas ciertamente existen y son extendidas. La causa fundamental de la depresión económica e incremento del número de guerras, catástrofes y mentiras miserables en el mecanismo interno del sistema capitalista por sí mismo. Una expansión continua de acumulación de capital encuentra menos y menos oportunidades para la inversión rentable--reflejando la ley de la tendencia del rango de lucro a caer (lo que Marx consideraba como la ley en la economía política más importante). Estos resultados en el acelerado antagonismo entre la naturaleza social de las fuerzas de producción y la naturaleza privada de los medios de producción (por ejemplo, la propiedad capitalista), así como la contradicción exacerbada entre la naturaleza global de las fuerzas productivas y el estado nacional.

Consecuentemente, contrario a las creencias equivocas de los reformistas, populistas y centristas, la miseria de la humanidad causada por la crisis manejada por el capitalismo no puede subsanarse por reformas (política económica Keynesiana, "gobierno de izquierda", etc.) pero solo por el rompimiento del sistema capitalista global en sí, por medios de la revolución internacional de la clase obrera y oprimida que derrocará a las clases dominantes y establecerá una federación mundial de repúblicas de trabajadores y oprimidos.

 


II.            El panorama internacional del periodo histórico revolucionario

 

Debido a la decadencia de las fuerzas productivas del capitalismo, y consecuentemente, el sistema económico, la viabilidad política y social, el mundo de ahora está preñado con mayores explosiones- quiebras financieras, guerras mayores, catástrofes climáticas y revoluciones políticas

Es la razón por la que la inherente dinámica contradictoria de la concentración incrementada de la acumulación de capital y la baja en el rango de ganancia de la producción capitalista, en lugar de canales de mayor producción para la inversión, la burguesía ha sido forzada a defender y aumentar su acumulación capital y sus ganancias futuras en dos grandes sentidos: (1) la financiación incrementada del mundo económico (creando una burbuja de inversión-"ganancia en papel"- una tras otra) y (2) su continuo ataque a la clase obrera con paquetes de austeridad, uno tras otro. Naturalmente esos dos están eternamente ligados, así como hemos testificado en las últimas explosiones de burbujas financieras. Esto fue particularmente obvio cuando en el 2008 el colapso potencial de los grandes bancos de occidente solo fueron advertidos por el antecedente criminal de transferir los impuestos de los trabajadores por los gobiernos burgueses a los brujos financieros de Wall Street. Cuando los tesoros de los estados capitalistas estuvieron salvaguardados para salvar a los banqueros criminales, la clase obrera enfrento varios cortes en los gastos de gobierno: en salud, educación, vivienda y seguridad social.

Debido al mismo descenso de la tasa de ganancia, la burguesía imperialista necesita, incrementada y constantemente, detener el desarrollo de países semi-coloniales del sur, extrayendo más de las ganancias producidas ahí a sus propios cofres por medio de concesiones económicas garantizadas por gobiernos titiriteros y "benevolentes" con préstamos de interés incrementado cuyos países saqueados fueron incapaces de pagar de vuelta. Este continuo robo de los países del sur en cambio, obligó a cada una de las naciones imperialistas hacer sentir su presencia, llevando a cabo el incremento de más y más intervenciones militares y ocupaciones (en Afganistán, Iraq, Siria, Libia, Mali, etc), de ahí su apoyo al control de uno sobre otro en los países periféricos.

Es precisamente por esta razón que la rivalidad entre los grandes poderes imperialistas se está exacerbando, desde que todos tuvieron que competir uno contra el otro para ganar una porción más grande de la relativa y decreciente ganancia capitalista global. El resultado es el incremento en el conflicto del que somos testigos hoy en día, entre la ONU y Estados Unidos contra Rusia sobre Ucrania o Siria o entre la ONU y Japón contra China y en el Este de Asia.

Ninguna de estas contradicciones puede ser resuelta en las limitaciones del sistema capitalista. Tanto la crisis, como la depresión y las guerras se aceleraran más y más si la clase obrera no destruye el sistema capitalista.

Si los grandes poderes imperialistas no se detienen en tiempo, su rivalidad nos llevará a la Tercera Guerra Mundial. La clase obrera puede terminar con esta continua cadena de miseria, guerras y catástrofes mediante una revolución socialista mundial. La proclamación de Rosa Luxemburgo de que la humanidad se enfrenta con la alternativa de "Socialismo o Barbarie" es más relevante hoy más que nunca. Bajo las condiciones del temprano siglo XXI, la precisión de la proclamación de Luxemburgo significa: "Socialismo o muerte esparcida a través del clima destructivo y la 3ra Guerra Mundial".

Es por esto que la CCRI, ha declarado en su programa del 2012, la caracterización del presente histórico como un periodo de decadencia capitalista así como un periodo revolucionario a largo plazo (que podría durar muchos años o incluso décadas). La decadencia del capitalismo provoca crisis económicas constantemente, inestabilidad política y el peligro incesante de guerra y al hacerlo genera continuamente situaciones revolucionarias, así como peligros contrarrevolucionarios. Eventos históricos como el quiebre de la economía mundial en conjunto con una crisis mayor tanto política como militar entre los grandes poderes o un alzamiento popular en China podrían inaugurar una situación revolucionaria mundial. La CCRI llama a la vanguardia de la clase obrera a prepararse así mismo para un periodo repleto de agitaciones revolucionarias.

 


III.          La ofensiva reaccionaria de la clase dominante

 

Desde el principio del presente periodo en 2008, hemos sido testigos de las distintas fases de la lucha de clases. Cuando las masas populares sintieron las consecuencias de la Gran Recesión, se levantaron en contra de la clase dominante. El movimiento revolucionario más importante tuvo lugar en el mundo árabe, donde las masas derrocaron a los dictadores en Tunisia, Egipto, Libia y Yemen en 2011 y continuaron su heroica resistencia en otros países en los cuales los gobernantes han defendido y logrado retener el poder por todos los medios militares posibles (Siria, Bahrain, etc.)

Además, del heroico levantamiento armado de la gente en Siria en contra del gobierno de Assad y la continua resistencia en contra de la dictadura militar en Egipto, una serie de otras luchas de clase importantes han tomado lugar en los años recientes: la lucha de los maestros en México; las protestas populares en Brasil en 2013, así como la resistencia en contra del golpe de estado en 2015/16; la huelga de los mineros de Marikana en 2012 en África del Sur, la mayor de las huelgas generales en la historia de la humanidad en India, en la cual participaron entre 150 y180 millones de personas en Septiembre del 2015 y 2016, el movimiento Black Live Matters en Estados unidos; más las 35 huelgas generales en Grecia; y las protestas de masas en contra de la Reforma Laboral en Francia del 2016.

Sin embargo, estas luchas de masas son mayoritariamente espontáneas, y por desgracia, carecieron de una dirección con una perspectiva que les permitiera derrocar, no solo a gobernantes específicos, sino a toda la clase dominante de sus respectivos países. Como resultado de la ausencia de líderes revolucionarios, estas luchas se enfrentaron a inmensos obstáculos. Una y otra vez, la clase dominante logró, ya sea, pacificar estos movimientos o suprimirlos brutalmente y derrotarlos.

Como resultado, la clase obrera ahora experimenta ofensivas reaccionarias por la clase dominante local en muchos lugares del mundo. No solamente es la burguesía quien continúa e intensifica sus peligrosos ataques de austeridad y programas privatizadores, manejando largos y largos sectores de la clase obrera y oprimida hacia la pobreza y la inseguridad social: también está el incremento al ataque de los derechos democráticos básicos de los ciudadanos De esta forma, por ejemplo, hemos presenciado ofensivas reaccionarias como el golpe de estado en Egipto; el regreso de la camarilla de Ben Ali en Tunes; el golpe de estado institucional en Brasil; el avance de las alas derechistas en Argentina y Venezuela; el golpe de estado militar en Tailandia; la exacerbación de la Islamofobia, el racismo contra migrantes y refugiados; el incremento en la militarización a través del mundo occidental y también entre el imperialismo Chino y Ruso.

 Con sus arsenales llenos al máximo, los grandes poderes imperialistas han aumentado sus intervenciones militares en el mundo semi-colonial con tal de derrocar cualquier resistencia popular. Como resultado, decenas de miles son sacrificados por cohetes, bombas y bombardeos de Estados Unidos, Francia, Bretaña, Rusia e Israel, o por sus lacayos locales en Afganistán, Iraq, Siria, Palestina, Libia, Somalia y otros países.

Más allá de ello, las grandes potencias --Estados Unidos, la Unión Europea, China, Japón y Rusia--están provocando el militarismo y el chovinismo, así como el uso de sanciones económicas para incrementar sus respectivas esferas de influencia a expensas de sus rivales y concentrar su población doméstica detrás de sus programas expansionistas.

Por ahora, hemos visto un incremento en el proteccionismo económico, la desglobalización, la creación de bloques regionales y el aislacionismo. La salida de Gran Bretaña de la unión Europea (Brexit) es un ejemplo de esto. El alza de los rabiosos chovinistas (por ejemplo Trump, Le Pen, Strache, Farange) es otro indicador. Una desintegración de la Unión Europea como resultado de Le pen y figuras que piensan igual que él en países clave de la Unión Europea o una interrupción del OTAN entre Estados Unidos y la Unión Europea bajo un presidente Trump devendrá en eventos políticos dramáticos mundiales y al aumento masivo de contradicciones políticas y económicas.

En pocas palabras, en el mundo de ahora somos testigos de una exacerbación masiva de las contradicciones en incremento a lo largo de los 3 ejes de los antagonismos políticos y económicos--la lucha de clases entre los capitalistas contra los obreros y los oprimidos; la lucha entre las Grandes Potencias y las corporaciones multinacionales contra los países del sur; y el conflicto entre las Potencias imperialistas rivales.

Estas ofensivas reaccionarias de las clases dominantes han resultado en un número de derrotas serias para la clase trabajadora y oprimida. Pero también han provocado, inevitablemente, nuevos recrudecimientos--luchas económicas, huelgas generales, movimientos populares, resistencia armada contra invasores e insurrectos. Ante nosotros resta un periodo de agudas y explosivas luchas de clases llenas de potencial revolucionario y peligros contrarrevolucionarios.

 


IV.          Un programa para la Revolución Socialista para detener el colapso de la humanidad en la barbarie

 

Con tal de repeler las ofensivas reaccionarias de la clase dominante, los obreros y los oprimidos deben luchar bajo la bandera de un programa que defienda cada derecho democrático y social, y el cual combine su lucha con la perspectiva de la revocación revolucionaria del capitalismo. Como revolucionarios, la CCRI no menosprecia de ninguna manera la lucha por las reformas y la defensa de los derechos ya existentes. Muy al contrario, en todos los casos revolucionarios cercanos solo emergerán de las luchas donde las masas estén defendiendo sus derechos democráticos y sociales contra los ataques de la clase dominante.

Por lo que, cualquier programa revolucionario del presente periodo debe comenzar con los temas más importantes de la lucha de clases hoy en día, por ejemplo, la defensa de los obreros y oprimidos en contra del ataque capitalista. Dicho programa no es una lista de peticiones que afectan al estado capitalista para implementar, como los reformistas y los burócratas populistas normalmente lo hacen, enfocándose en negociaciones a puerta cerrada, elecciones y maniobras parlamentarias. Más bien, un programa de acción revolucionario es uno militante enfocado en las formas de una lucha de clases, inflexible y para avanzar de la organización individual a la de obreros y oprimidos.

Es por esta razón que los revolucionarios exhortamos a la clase obrera y oprimida a luchar por sus intereses usando todo tipo de formas de lucha de clases dictadas por circunstancias concretas--comenzando con demostraciones de masas, huelgas y huelgas generales, ocupaciones, insurrecciones armadas y guerras civiles. De la misma forma, todas las luchas revolucionarias hacen un llamado a la formación de comités de acción para obreros, jóvenes y las masas populares en lugares de trabajo, vecindarios, aldeas, escuelas y universidades. Es más, los revolucionarios llaman a la formación de unidades de autodefensa con tal de defender a los huelguistas, manifestantes, migrantes y refugiados en contra de la violencia perpetrada por la policía y los fascistas. En situaciones de aguda lucha de clases, dichos cuerpos deben expandirse de tal forma que los comités de acción se vuelvan consejos (como los soviets en la Rusia de 1917) para apoyar y ser apoyados por obreros armados y milicias populares.

La CCRI ha esbozado el siguiente programa de acción en su Manifiesto Revolucionario Comunista (2012). Aquí abajo resumiremos lo que consideramos ser los puntos más importantes para la fase política actual y proveer a cada una respuestas revolucionarias.

 

¡Defensa de los derechos democráticos! ¡Abajo el bonapartismo, las monarquías y las dictaduras!

La lucha por los derechos democráticos se ha convertido en uno de los puntos más importantes de esta era del capitalismo en decadencia. En este contexto, las clases dominantes violan y pisotean inevitablemente los derechos democráticos y procuran remplazar la limitada democracia burguesa por el capitalismo bonapartista y dictadura.

Desde el 2011, la lucha por los derechos democráticos se ha convertido en una consigna en las revoluciones árabes contra dictaduras locales. Esta lucha ha sido crucial para la defensa de los obreros y oprimidos contra los militares y contra los golpes de estado institucionales (Honduras 2009, Paraguay 2012, Egipto 2013, Burkina Faso 2014, Burundi 2015, Brasil y Turquía 2016). También es un punto central en China, donde la clase obrera y los campesinos pobres son oprimidos por la dictadura Stalocapitalista. Se ha convertido en un punto importante en los países imperialistas de occidente donde la burguesía ha gobernado incrementadamente por medios bonapartistas, vigilancia masiva y la expansión de la policía del estado (un permanente "estado de emergencia" en Francia incrementando el uso de operaciones domésticas armadas en varios países europeos, etc.)

La CCRI llama a la vanguardia obrera a movilizarse por la defensa de los derechos democráticos (por ejemplo: el derecho a huelga, libertad de expresión y asamblea, libertad de organización y unión política así como la libertad de hacer uso de la comunicación e información mediática).

Asimismo, la clase obrera debe movilizarse contra todas las dictaduras, la policía y la vigilancia del estado; contra los poderes de expansión de la policía y las cortes; contra las instituciones de la presidencia, monarquías y fundaciones bonapartistas (como consejerías militares, consejerías de seguridad nacional, etc.); contra la inherente corrupción de todo tipo de los aparatos de estado burgueses (ambos en su versión autoritaria como "democrática")-¡aquí hacemos un llamado a la purga radical del aparato de estado! Todos los estados oficiales y sus acciones -especialmente la policía, el ejército, inteligencia, administración, poder legar, directores de empresa, etc.-- ¡Deben ser monitoreados bajo el control de trabajadores y consejos populares!

Los socialistas se oponen al pretencioso aparato de estado burocrático y apoyan la extensión de gobiernos autónomos en su lugar. Con la finalidad de pelear contra el aparato de estado corrupto y burocrático abogamos por el derecho de elegir y revocar a todos los funcionarios públicos.

Una demanda central en la lucha de los derechos democráticos--no solo en la lucha contra las dictaduras pero también en situaciones donde puntos democráticos son el centro de crisis políticas profundas--es el llamado a la Asamblea Constituyente Revolucionaria. Dicha asamblea debería ser un cuerpo democrático burgués con delegados que puedan ser controlados por quienes los eligieron y que sean abiertos para ser evocados por sus constituyentes. La edad para tener el derecho a votar deberá ser determinada por el movimiento de trabajadores en cada país. La edad mínima de los jóvenes para trabajar o para ser responsables criminales debe ser el marco para tomar la decisión. El rol de la asamblea es debatir y decidir en el rol constitucional, y debería estar protegido por los obreros y milicias populares contra la intimidación de fuerzas reaccionarias.

La CCRI condena bruscamente a todas las fuerzas reformistas y centristas que han fallado en tomar una posición clara en la defensa de derechos democráticos; quienes rehúsan a participar en luchas populares (las cuales están usualmente lideradas por burgueses populistas o fuerzas pequeñoburguesas) contra la dictadura y fuerzas reaccionarias atentando a fomentar un golpe de estado. Es vital que los socialistas implementen la táctica de frente único--incluyendo su formación con aquellos populistas burgueses o fuerzas pequeñoburguesas que están altamente influenciadas por las masas desechadas contra cualquier dictadura. (ej. Chavismo en América Latina, varios partidos islamitas como al-Ikhuan al-Muslimin [Hermandad Musulmana] en Egipto, el partido Thaksin en Tailandia)--¡en la lucha contra las fuerzas reaccionaras y en defensa de los derechos democráticos! Cual sectarismo bajo el eslogan de "pureza política", cualquier rechazo a unirse a un campo de batalla concretamente bajo el enemigo en una lucha de clases bajo el pretexto "ambos lados son burgueses en carácter" solo puede llevar a la bien merecida aislación; y esta condescendía pseudo-ideológica no es nada más que una traición gruesa de los intereses fundamentes democráticos de la clase obrera y de los pobres.

Particularmente formas asquerosas de traición centrista caracteriza a aquellos quienes aclamaron al General Al-Sisi´s por el golpe de estado militar en Egipto como "una segunda revolución" (La Morenista LIT, IMT de Alan Wood, el RS/IST de Cliffite); aquellos quienes alabaron a la ultra derecha ucraniana el movimiento Euromaidan como una "revolución democrática”) (por ejemplo, la Mandelista FI, la Morenista LIT y la UIT); y aquellos que apoyaron la sangrienta dictadura de Assad contra su propia gente (por ejemplo, WWP, PSL).

Naturalmente, cualquier defensa por la lucha de los derechos democráticos solo puede lograr victorias temporales, así como la decadencia del capitalismo apunta a estrangular y abolir la democracia burguesa. Por lo tanto, así como León Trotsky--dirigente, junto con Lenin de la Revolución de Octubre y fundador de la Cuarta Internacional, --enfatizan en su Teoría de la Revolución Permanente, que la revolución democrática solo puede ganar victorias sustentables si son guiadas por la clase obrera que combinará la lucha democrática con el objetivo de expropiar a la burguesía. En otras palabras, con tal de triunfar, la revolución democrática debe combinarse con la revolución socialista.

 

¡Abajo con la austeridad, la precariedad y la privatización! ¡Contra los acuerdos de "Los libres tratados" de las Grandes Potencias!

Así como la crisis capitalista se profundiza, la burguesía incrementa inevitablemente sus ataques a la clase obrera y a los pobres: recortando sus salarios; "la liberación" de los derechos laborales (por ejemplo, la reforma laboral en México o la Ley Khomri en Francia del 2016); haciendo "flexibles" las horas de trabajo; recortes en pensión y en educación--todos ellos son ataques severos a la clase trabajadora y sobre los derechos populares del ámbito económico, que están tomando lugar en todos los continentes.

Otra arena crucial de la lucha económica de clases hoy en día es la continua ola de privatizaciones. En su desesperación por la búsqueda de nuevas fuentes de financiamiento, los gobiernos burgueses están vendiendo propiedad del estado descaradamente a los oligarcas, por lo general, a una fracción de su verdadero valor. Esto, es particularmente nocivo cuando afecta las necesidades básicas para la sociedad como agua, electricidad, transporte, etc. Cuando dichos servicios son privatizados muchos trabajadores públicos, por lo general, son despedidos, las necesidades básicas se vuelven mucho más caras, y al mismo tiempo, su calidad deteriora.

Aún, otro frente principal de esta lucha, es el intento del capital monopolista de incrementar su poder a expensas del estado y la sociedad es mediante la presión por imponer los llamados "acuerdos de libre comercio", como: el denominado por los Estados Unidos como Tratado Transpacífico (TPP), el denominado por China Asociación Económica Regional Integral (RCEP), el Acuerdo Transatlántico sobre Comercio e Inversión (TTIP) entre Estados Unidos la Unión Europea o el Acuerdo Integral de Economía y Comercio entre Estados Unidos y Canadá. De hecho, dichos acuerdos solo sirven para incrementar la dominación por las mega corporaciones capitalistas de obreros, consumidores, así como el estado nación y sur regulaciones legales.

La CCRI hace un llamado a la vanguardia obrera a movilizarse en colectivos y movimientos sociales contra ese tipo de ataques organizando la acción de masas en las calles. Cuando las compañías recortan los salarios, despiden obreros o intentan cerrarse y continuar, nosotros demandamos una apertura de los libros y la nacionalización de las empresas bajo ‘el control obrero’. Hacemos un llamado al recorte de horas laborales y un programa de empleo público, de tal forma que todos puedan tener un trabajo y menos horas laborales mientras reciben el mismo salario. Dichas reformas son fácilmente financiadas por incremento a los impuestos masivos de los ricos y de la expropiación de los superricos.

 

¡La tierra para los campesinos! ¡Nada de tierra acaparada para las corporaciones multinacionales!

Los mismos procesos de monopolización, de los cuales hemos sido testigos en los sectores de servicio e industriales, toman lugar en la agricultura. Mientras, 382 millones de las 450 millones de granjas en el mundo (85%) son trabajadas por pequeños granjeros, quienes controlan menos de la mitad de la tierra bajo cultivo permanente. El resto es propiedad de una pequeña elite de corporaciones agricultoras, grandes terratenientes y granjeros medianos. Durante décadas, más y más campesinos han sido forzados por sus gobiernos a abandonar diversas, casi autosuficientes subsistencias agricultoras e intercambiar la cultivación de la mono cultura de los cultivos de caja. En diez millones de casos mundiales, esto ha resultado en su abatimiento por grandes deudas impagables con pequeños ingresos que derivan así como los precios son determinados globalmente por cada una de las cosechas que ellos alzan. Últimamente estos campesinos se encuentran en la extrema pobreza, o peor, son forzados a vender sus tierras para migrar a áreas urbanas a encontrar trabajos precarios y altamente explotados. Solo para dar un ejemplo: En India, durante la década de 2005-2014, más de 250, 000 pequeños granjeros cometieron suicidio debido a sus deudas con la corporación Monsanto por la adquisición de semillas genéticamente modificados y fertilizantes. De este modo, vemos que en décadas recientes, la proletarización que fue impuesta a los campesinos en Inglaterra en los años siguientes bajo la revolución industrial ha sido y continúa tomando lugar en el Sur en una escala mayor. Claro, los únicos ganadores en este juego son las vastas corporaciones agrícolas y grandes terratenientes quienes devoran la tierra abandonada para incrementar sus ganancias. Esta tendencia hacia la monopolización de la tierra solo ha sido intensificada por la reciente ola de explotación de tierra por corporaciones multinacionales centradas en Estados Unidos, la Unión Europea o China. Ellos compraron amplias superficies de tierra y expulsaron a los campesinos--muchas veces con la ayuda de la policía y delincuentes armados.

Estos factores importantes que explican porque millones de personas son forzadas a volar de sus casas y unirse a los pobres urbanos o convertirse en migrantes y refugiadas en los países imperialistas ricos.

Los pobres rurales son los aliados más importantes de la clase obrera. Es por eso, que la CCRI hace un llamado a la vanguardia obrera que energéticamente ha apoyado la lucha de los pobres campesinos expresando sus siguientes consignas:

 *¡Por la expropiación de los terratenientes, la iglesia y las multinacionales!

 *¡Nacionalización de la tierra bajo el control de obreros y campesinos pobres!

 La tierra es de quien la trabaja¡

 *¡Solo acción democrática de los consejos representando a los pobres y a los campesinos que deberían decidir la cuestión de la cuota y el uso de la tierra!

*¡Promover las cooperativas voluntarias agricultoras y la formación de unidades de producción largos!

 *¡Cancelar las deudas y abolir las rentas para los campesinos!

 *¡Prestamos libres de intereses para pequeños campesinos!

En el mismo tenor, hacemos un llamado a apoyar a los pobres urbanos y a los vendedores ambulantes, con tal, de integrarlos a la lucha de clases contra los bancos y los monopolios.

 

La lucha por los oprimidos contra la agresión imperialista

En un periodo de decadencia capitalista es inevitable que los grandes poderes imperialistas intensifiquen la opresión de débiles políticos en general e incrementen específicamente la super explotación de países semi-coloniales. Este es el antecedente de las agresiones militares por los Estados Unidos, la Unión Europea o Rusia que hemos testificado en años recientes.

Un ejemplo de dichas agresiones son los ataques de la OTAN en Afganistán, Siria e Iraq; la intervención rusa en Siria y su brutal genocida de la población de Chechenia; la intervención francesa en Mali en la República de África central; la continua guerra en Israel de opresión y desplazamiento contra la gente Palestina. China, también, ha enviado tropas al extranjero (ej. al sur de Sudan) e intimidado a países semi-coloniales como Vietnam. Aun otro ejemplo de agresiones imperialistas es la intimidación continua a Corea del Norte por el imperialismo norteamericano y su aliado Sur Corea.

En varios casos los grandes poderes llevan a sus lacayos a su trabajo sucio de agresión de la gente. Por ejemplo, la Misión Unida Africana en Somalia que está tratando de romper la rebelión armada liderada por la milicia islamista al-Shabaab o la agresión de los militares de Mali en la región Azawad. También hemos sido testigos de la agresión Saudi en contra de la gente de Yemen.

En todos estos casos la tarea más importante de los revolucionarios es la de luchar contra la agresión imperialista. Con todos estos conflictos representando las guerras injustas de agresión por el lado de los imperialistas, para los oprimidos solo son guerras de defensa. Es por esto que la CCRI hace un llamado a los socialistas a apoyar inequívocamente y por la derrota de los grandes poderes o sus aliados locales y por la victoria militar de los oprimidos. Aplicando la táctica anti-imperialista de frente único como se formuló en la revolucionaria Internacional comunista en 1919-23, estamos del lado de los que resisten a los invasores imperiales, a pesar de sus liderazgos no revolucionarios, mientras ¡no damos apoyo político a los nacionalistas, islamitas o fuerzas estalinistas!

Condenamos a las fuerzas centristas que fallaron en apoyar las luchas de los oprimidos contra los poderes imperialistas, citando a los líderes revolucionarios como excusa (ej. la CWI, de Peter Taffe, el IMT de Alan Wood, los Lambertistas así como los Mandelistas NPA). Algunos, como el CWI, todavía van más allá de apoyar la existencia de un estado colonizador "socialista" como la Israel Zionista.

Naturalmente, los revolucionarios se oponen al reaccionario Daesh de Salafi-Takfiri/ Estado Islámico. Este grupo venenoso es contrarrevolucionario--fomenta el odio sectario y la división de personas entre los países musulmanes y, atentan con ataques terroristas reaccionarios en contra de civiles, proveen una excusa para los poderes imperialistas en sus guerras de agresión en Medio Oriente. Mientras, defendemos al Daesh/Isis ante cualquier confrontación de las Grandes Potencias imperialistas, nosotros apoyamos la lucha de los rebeldes Sirios para liquidar este cáncer.

 

Militarismo y rivalidad interimperialista entre los grandes poderes

La caída del sistema capitalista está intensificando su rivalidad entre los grandes poderes imperialistas (Estados Unidos, la Unión Europea, Japón, China y Rusia). Consecuentemente, estamos siendo testigos de un número de conflictos incrementados entre los grandes poderes sobre las esferas de influencia (por ejemplo, en Ucrania, Siria o el Este de Asia). Otras manifestaciones de este tipo de rivalidad son varios proyectos del imperialismo norteamericano (por ejemplo varios "tratados de libre comercio") así como el nuevo imperialismo oriental (China y Rusia) que han desafiado alzadamente la hegemonía del viejo imperialismo occidental (por ejemplo: el Proyecto de Desarrollo del canal de Nicaragua de China, el Nuevo banco de desarrollo operado por los estados BRICS y una alternativa al ya existente Banco Mundial dominado por los americanos y europeos y el Fondo Monetario Mundial; para esparcir el tratado conducido en Yuan y en Ruble, etc.). Otra manifestación de la acelerada rivalidad son las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos y el Imperialismo de la Unión Europea contra Rusia durante la guerra civil en Ucrania. En el periodo de la decadencia capitalista, la aceleración más perpetua de esta rivalidad es inevitable. Si la clase obrera no liquida a las Grandes Potencias a tiempo en una revolución internacional socialista, la existencia humana está amenazada por la Tercera Guerra Mundial.

Contra todo el contexto de la rivalidad acelerada entre los grandes poderes el movimiento de los obreros está siendo dominado cada vez más por varias tendencias sociales-imperialistas--no tan distinto al periodo después de 1914. Asimismo en el presente periodo, fallar en reconocer la existencia de distintos poderes imperialistas rivales (por ejemplo, ignorar el surgimiento de nuevos poderes, China y Rusia) o fallar en tomar un posicionamiento derrotista revolucionario contra los estados imperialistas, condena cualquier proclamación de organización socialista y desorientación política. De hecho, las burocracias populistas y reformistas, así como los grandes sectores del centrismo, adoptan oportunistamente, cuando abrir o cuando cubrirse el uno al otro en el gran poder. Básicamente distinguimos tres distintas tendencias entre estas tendencias revisionistas:

i) El pro occidental socio imperialismo y los socio pacifistas, quienes pueden capitalizar los viejos poderes imperialistas occidentales ya sea apoyando abiertamente sus guerras tomando una posición pacifista o fallar en contra del apoyo a la resistencia contra las mismas (ej. Afganistán, Iraac, Mali y Gaza) in Afganistán, Iraq, Mali, and Gaza). Dentro de estas fuerzas están los social demócratas occidentales y varios (Ex-) estalinistas (por ejemplo el Partido europeo de izquierda) así como un número de centro derechistas.

 ii) El imperialismo pro imperial y los pacifistas sociales, que están ya sea abierta o secretamente apoyando los poderes imperialistas en oriente (por ejemplo: la intervención Rusia en Ucrania y Sira, y la agresión China en el oriente de Asia) o el apoyo de los poderes reaccionarios contra alzas demócratas populares (Ej. Assad en Siria). A lado de estas fuerzas hay muchos partidos Castro-Chavistas en América Latina, partidos estalinistas (por ejemplo, la KPRF en Rusia, CPI (M) en India) así como un número de grupos centristas.

iii) Un pequeño y reciente sector centrista, son los economistas imperialistas quienes reconocen el caracter imperialista de ambos grandes poderes tanto en oriente como en occidente pero erran al entender la naturaleza de un número o movimiento justo nacional democrático y las alzas. Como resultado, tienden a tener posiciones abstencionistas en revoluciones democráticas y luchas anti-imperialistas-confundiéndolas con un simple "conflicto entre poderes imperialistas”.

Solo los internacionalistas proletarios--a los que pertenece la CCRI--toman un acercamiento consistente e intransigente contra los poderes imperialistas basados en un programa bolchevique de "derrotismo revolucionario". Nosotros decimos: ¡Abajo con el imperialismo de los grandes poderes--ya sea Estados Unidos, la Unión Europea, Japón, China o Rusia! En cualquier conflicto, económico, político o militar entre estos grandes poderes, el movimiento obrero no debe dar apoyo a ninguno de ellos, más bien debe declarar: ¡El enemigo más grande está en casa! ¡No a las sanciones imperialistas que son nada más un instrumento de artes militares¡

Mientras, nos oponemos a todas las formas de ejército burgués y luchamos por su reemplazo por milicias de obreros y populares, nos oponemos a la introducción de milicias profesionales y la abolición de reclutamiento, como un paso para la creación de una milicia burguesa más sumisa.

Al mismo tiempo, los proletarios internacionalistas apoyan todos los movimientos democráticos y nacionales de las masas oprimidas, mientras luchan contra la interferencia imperialista y por un programa de independencia de clases y la revolución socialista.

 

La defensa de las minorías contra la opresión nacional

La creciente importancia de la cuestión democrática está también reflejada en el incremento de luchas nacionales y de minorías étnicas contra la opresión nacional. Han habido importantes luchas, tanto en las naciones oprimidas como en países imperialistas (por ejemplo: los catalanes y los vascos en España, los irlandeses en Gran Bretaña, los chechenios en Rusia, los uyghurus y tibetanos en China), así como en los países semi-coloniales (por ejemplo: los palestinos, los kurdos, los tamils en Sri Lanka, los casimires en India, etc.). Es más, muchos grupos étnicos encaran el incremento a la opresión (por ejemplo, los Ogoni y los Ijaw en la Nigeria delta; los indígenas en Latinoamérica, Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda). La brutal persecución de la minoría afroamericana en Estados Unidos es otro ejemplo de la alza del racismo en la opresión nacional. Finalmente, también citamos la alza de las minorías compuestas por migrantes en la mayoría de los países imperialistas (así como en los estados del Golfo) donde constituyen una gran mayoría, un sector económicamente sobre explotado y oprimido de la clase trabajadora (desconsideradamente de ser objetivamente de menor estrato que la pequeña burguesía). En la última década, la Islamofobia se ha convertido en una particular forma viciosa de racismo. La CCRI se esfuerza por lograr la unidad más cercana entre obreros y oprimidos de distintas naciones y distintas creencias religiosas. Sin embargo, esta meta es imposible de lograr por medio de negar simplemente la opresión nacional o por abstraer el llamado a la "unidad de clases". Esta meta solo puede lograrse si los conocimientos revolucionarios de opresión y lucha por la equidad total del grupo oprimido.

De esta manera, la CCRI llama a la vanguardia de los trabajadores a oponerse a todas las formas de chovinismo, presión por asimilar, etc. e implementar el programa de equidad revolucionaria. Los socialistas defienden incondicionalmente el derecho a la autodeterminación nacional de todos los sectores oprimidos. Los socialistas deben apoyar la lucha por la igualdad total, (equidad por su lenguaje nativo, equidad por sus derechos civiles, equidad de salario, etc.) el auto gobierno y la autonomía territorial. Cuando el pueblo oprimido desea tener un estado independiente, los socialistas están obligados a apoyar esta demanda.

La lucha internacional por la equidad revolucionaria de migrantes condena agudamente todas las formas de adaptación oportunista del chovinismo dentro del movimiento de trabajadores. Es por eso que nosotros condenamos a los centristas britanos que apoyaron la huelga chovinista "Trabajos británicos para los trabajadores británicos" en 2009, quienes denunciaron el alza de agosto en 2011 y se opusieron al llamado de "Apertura de fronteras para los migrantes” (como el CWI y el IMT).

 

La lucha contra la violencia hacia la mujer

La aceleración de las contradicciones de clase también llevó a una exacerbación a la opresión hacia las mujeres. La más brutal y visible forma de este tipo de opresión es la dominante violencia contra las mujeres, incluyendo la violación y el asesinato (Feminicidio). La violencia contra la mujer, tanto dentro como fuera de las familias, en una cultura creciente de la sexualización de las mujeres, justificando el machismo hasta la violencia, una expansión de la industria del sexo donde las mujeres son expuestas en condiciones vergonzosas, etc. es el ambiente que acelera la opresión hacia las mujeres.

Las estadísticas oficiales indican que cada año 66, 000 mujeres son violentamente asesinadas en el mundo-y esta cifra está ciertamente subestimada. Tan solo en Ciudad Juárez, la frontera entre México y Estados Unidos, centenares de mujeres son asesinadas cada año. De acuerdo a algunas estimaciones al menos 25, 000 recién casadas son asesinadas o mutiladas cada año en India como resultado relacionado con violencia de dote. Sumado a esto numerosos "asesinatos de honor" de las mujeres en los países con una fuerte cultura patriarcal.

La CCRI aboga a una campaña masiva por los trabajadores y las organizaciones populares a combatir todo tipo de formas de violencia contra la mujer. Debemos crear un clima social donde el "honor" de las personas sea seriamente dañado si se comete o incluso si tan solo aprueba la violencia contra la mujer. Es crucial construir brigadas de autodefensa para los trabajadores y pobres para defender a la mujer contra la violencia. Dichas brigadas deben consistir mayoritariamente de mujeres así como estar dirigidas por ellas pero también deben estar acompañadas por aquellos hombres que apoyen su lucha.

De igual manera, los movimientos obreros y populares deben pelear por un programa de trabajo público, con tal de ofrecer a la mujer la oportunidad de tener un trabajo de tiempo completo seguro con salarios iguales, así como la creación de un programa de cuidado de niños comprensivo para asegurar la total integración de la mujer en el mundo del trabajo.

De igual manera, los movimientos obreros y populares deben pelear por un programa de trabajo público con tal de ofrecer a la mujer la oportunidad de tener un trabajo de tiempo completo seguro con salarios iguales, así como la creación de un programa de cuidado de niños comprensivo para asegurar la total integración de la mujer en el mundo del trabajo. De esta manera, las mujeres de la clase obrera, de los pobres y de los campesinos están más afectadas por la opresión social que las mujeres de la burguesía o de la clase media. Por la misma razón, la opresión de las mujeres solo puede ser abolida por el derrocamiento revolucionario del sistema de explotación de clases. Es por esto, que la CCRI hace un llamado a la formación de un movimiento revolucionario de las mujeres como parte de la lucha de la liberación proletaria.

 

Capitalismo y cambio climático

El capitalismo decadente amenaza con destruir las condiciones naturales de vida por incremento de largos sectores de la humanidad y, últimamente, incluso hacen el planeta como totalmente inhabitable. Al contrario de varias fuerzas ambientalistas pequeño burguesas, los socialistas consideran que el desastre climático es una cuestión de clase. Solo se puede resolver por medio de una lucha de la clase obrera y popular contra las Grandes Potencias y sus monopolios.

Los grandes destructores del medio ambiente son las corporaciones multinacionales de los estados imperialistas --más notablemente en los Estados Unidos (¡solo produce 25% de los gases de invernadero!), la Unión europea, Japón y el nuevo súper poder imperialista, China. Gran Bretaña, por ejemplo, produce 10 veces más dióxido de carbono per cápita que India. Por otro lado, los más pobres mundialmente, 3 billones de personas contribuyen con casi nada al cambio climático.

 Claro, hoy en día todos los gobernantes hablan de la necesidad de revertir el cambio climático. Pero éstas son frases. Los errores del Protocolo de Kyoto y la cumbre del cambio climático en Copenhagen claramente demuestran que los capitalistas y sus gobiernos son incapaces y totalmente indispuestos a detener el cambio climático porque el impacto negativo que esto tendría en las ganancias de sus corporaciones capitalistas.

Solo una reversión radical de la política energética y ambiental puede salvar a nuestro planeta y nuestro futuro. En lugar de esperar por una solución a la crisis climática por los gobiernos capitalistas y sus "conferencias", la CCRI hace un llamado a un movimiento global de masas luchando por un plan de emergencia internacional para combatir el cambio climático. Estos pasos necesarios incluyen el plan de emergencia para convertir el sistema de energía y transporte y por una fase global libre de combustibles fósiles y la producción de energía nuclear ligado a un programa de empleo público. Es más hacemos un llamado a la búsqueda masiva de formas alternativas de uso de energía, como el viento, mareal o solar, así como el programa global de reforestación. El movimiento de trabajadores debería luchar por la nacionalización bajo el control de los trabajadores de todas las compañías energéticas que son responsables de las necesidades básicas como agua, productos agricultores, así como aerolíneas, flota y facilidades ferroviarias. La lucha por las reformas ambientales debe estar combinada con el objetivo de derrocar el capitalismo, porque solo así podrá ser implementado el plan de emergencia de manera total y permanentemente.

 

El gobierno de los obreros y campesinos versus "El Gobierno de izquierda"

Los obreros y oprimidos no pueden escapar del infierno capitalista en la tierra sin detener el poder de la clase dominante. Es por esto, que la tarea central de clase obrera es combatir por un gobierno autónomo, un gobierno que abra el camino al socialismo.

Un número de populistas de izquierda, reformistas y centristas hacen un llamado para "un gobierno de izquierda" como una consigna estratégica en la lucha de liberación. Mientras, la CCRI aboga por la aplicación de la táctica de frente único con partidos reformistas obreros y con la pequeña burguesía populista -incluyendo el campo electoral así como la adopción de demandas relacionadas a las políticas gubernamentales-- nosotros hacemos un llamado de atención contra la estrategia ilusoria del así llamado "gobierno de izquierda". La historia reciente ha demostrado, todos estos gobiernos "progresistas" o "izquierdistas" no solo han fallado en romper con el capitalismo pero incluso son incapaces de detener a sus países en convertirse en víctimas de profundas recesiones, las cuales han resultado de la decadencia del capitalismo: por ejemplo, la banca rota del PT Brasil-liderado por el gobierno Dilma Rousseff, el gobierno de Maduro en Venezuela, el gobierno de SYRIZA en Grecia. Todos estos gobiernos son, de hecho, burgueses populistas o frente populares que han dejado el poder y la riqueza en manos de la clase capitalista y han encadenado a la clase trabajadora y oprimida al sistema burgués. Por eso decimos, que alzar dichos "gobiernos izquierdistas" como una de las formas de avance es una traición reformista de la clase obrera.

Esto no significa que los revolucionarios deberían abstenerse de usar la táctica de frente único con los partidos que son parte de gobiernos de frente popular y que tienen una base fuerte entre la clase obrera y oprimida. Es más, la CCRI defiende dichos gobiernos contra cualquier atentado de golpe de estado por las fuerzas derechistas o el imperialismo. Llamamos a los obreros y a las organizaciones de masas populares a romper con las fuerzas abiertamente burguesas en esos gobiernos y crear un gobierno autónomo (como los Bolcheviques llamaron a los mencheviques y social-revolucionarios a romper con los Kadets en 1917).

De igual manera, la CCRI aboga por un apoyo electoral crítico de los partidos obrero reformistas o --en países semi-coloniales-- por los partidos pequeño burgueses populistas donde haya un apoyo significativo entre los obreros y oprimidos.

Sin embargo, todas estas demandas y el apoyo crítico deben estar combinados con una clara advertencia de la inevitable traición de liderazgo de dichos partidos reformistas y populistas.

También declaramos, sin ambigüedad, que la única manera de avanzar es la creación de un gobierno obrero aliado con los estratos del semi-proletariado y los pobres de zonas rurales y la pequeña burguesía urbana. Naturalmente, la aplicación completa de estas consignas gubernamentales depende de las condiciones sociales concretas en cada país. Dichos gobiernos deben estar basados en unidades de acción de obreros, campesinos y pobres así como milicias armadas populares. Todos los representantes de estas unidades de acción son elegidos directamente por trabajadores y pueden ser re electos por ellos, y deberían recibir no más que el salario de un obrero habilitado común.

Dicho gobierno de auténticos trabajadores se dará inmediatamente a la tarea decisiva de expropiar a la clase capitalista, así como, el aplastamiento de los aparatos de represión burgueses por la milicia obrera y popular.

En otras palabras, la lucha de los obreros y el gobierno popular está ligada inextricablemente con la lucha de la revolución socialista.

 

Hacia una expropiación de la burguesía--¡Por la Revolución Socialista!

Mientras, la clase obrera pueda lograr victorias temporales, si está utilizando completamente el peso de su poder social en la lucha de clases, sería una terrible ilusión imaginar, que dichas reformas pudieran ser sustentables siempre y cuando la clase capitalista controle los medios de producción. Cualquier resto de reforma, incluso más, cualquier defensa éxitosa de victorias pasadas, es más ilusorio en el periodo de capitalismo decadente.

La única forma de ir hacia adelante es luchar por el control de los medios de producción, así como, de los aparatos de estado de la burguesía. Es por esto, que la CCRI entiende que la lucha por un gobierno obrero y popular es subordinado a la táctica de la meta estratégica: la revolución socialista.

La lucha por un gobierno obrero deber ir mano a mano con la lucha por la nacionalización de bancos y fusionarse en un solo banco central, así como, la nacionalización de grandes compañías, grandes acuerdos de comercio por mayoreo y organizaciones de transporte así como los sectores de comunicación, educación, salud y seguridad social sin compensación y bajo el control obrero. Igualmente, los trabajadores deben pelear por la expropiación de los super ricos, por la abolición del mercado de valores, así como, la introducción a un monopolio de intercambio extranjero.

Contrario a las ilusiones de los demócratas de izquierda, estalinistas y varios centristas (ej. CWI, IMT), la transformación socialista no puede tomar lugar vía elecciones parlamentarias o en una vía gradual y pacífica. Toda experiencia histórica--tanto exitosamente revolucionaria socialista como la de Rusia en 1917-21, revoluciones sociales burocráticas (ej. Cuba en 1959-61, China en 1945-49) revoluciones democráticas sin finiquitar (ej, Nicaragua o Irán en 1979), o incluso, revoluciones encalladas como la Guerra civil española de 1936-39, Chile en 1973, las revoluciones árabes desde 2011 etc. -demuestran que la clase dominante nunca rendirá su poder pacíficamente. La clase obrera y oprimida solo puede tomar el poder y derrocar al capitalismo si se organizan a sí mismo--bajo el liderazgo de un partido revolucionario--en milicias populares y se prepara para insurrección armada, la guerra civil y la dictadura del proletariado como únicas vías por las cuales la lucha de la liberación puede avanzar.

 


V.            La crisis de dirección y la construcción del Partido Revolucionario Mundial

 

La tarea central en el próximo período consiste en la necesidad de superar la dramática crisis de liderazgo. El desarrollo objetivo del capitalismo -su decadencia y carácter de crisis - sin duda ayudará a las masas a comprender la quiebra de este sistema y la necesidad de su derrocamiento. Sin embargo, con el fin de ayudar a las masas en este proceso, la vanguardia obrera debe aplicar un programa de reivindicaciones transitorias que crée un puente entre las luchas de hoy y la conciencia actual de las masas con la tarea estratégica de la revolución socialista. Esta es la razón por la que los revolucionarios tienen que combinar una propaganda implacable de este tipo de programa con el trabajo ejemplar de masas y la aplicación de la táctica del frente único hacia las organizaciones de masas de los trabajadores y los oprimidos.

El colapso programático y organizativo de la IV Internacional trotskista en 1948-1952 interrumpió la continuidad revolucionaria que duró desde la época de los liderazgos de Karl Marx y Friedrich Engels en la Liga Comunista, pasó por la Segunda Internacional hasta 1914, continuó con la revolucionaria Internacional Comunista de Lenin hasta la IV Internacional de Trotsky. Hoy, las pequeñas fuerzas como la CCRI están retomando el hilo revolucionario en su lucha por la construcción del partido revolucionario mundial. Tal partido mundial será la quinta vez que la clase obrera habría establecido una Internacional (de ahí que la llamamos la Quinta Internacional).

Sin embargo, hay grandes obstáculos en el camino de construir el partido revolucionario mundial. Además de las potencias imperialistas y el estado burgués, la clase obrera se enfrenta a numerosos enemigos, adversarios y partidarios poco confiables dentro de sus propias filas. La falta de continuidad revolucionaria durante muchas décadas ha llevado a que las organizaciones de masas de trabajadores y populares esten dominadas por direcciones burocráticas reformistas y populistas. Estas fuerzas reformistas son el principal obstáculo para transformar el enorme potencial revolucionario que objetivo del período histórico actual en verdaderas revoluciones proletarias.

Guerras, revoluciones y contrarrevoluciones son las pruebas más decisivas para cualquier organización política. Tales situaciones revelan su verdadero carácter político detrás de cualquier declaración programatica formal, así como su relación con la lucha de los trabajadores y oprimidos. Los últimos años han demostrado que, las direcciones oficiales de los sindicatos y organizaciones populares, de los partidos populistas burgueses y pequeño burgueses reformistas (por ejemplo, los Castro-Chavistas, Kirchneristas y el PT de Roussef y Lula en América Latina, SYRIZA en Grecia y otros socialdemócratas en Europa, el estalinista PCI (M) en la India y los maoístas en Nepal), así como, las distintas corrientes del islamismo (por ejemplo, los Hermanos Musulmanes, varios grupos rebeldes en Siria o los huzíes en Yemen) todos fallaron para ofrecer a los trabajadores y las masas populares una salida de la miseria capitalista y la humillación. Su naturaleza política - con independencia de sus proclamas oficiales "radicales" - es seguir siendo o convertirse en parte del aparato estatal de la clase dominante capitalista. Por lo tanto, no es sorprendente que a menudo hayan sido, o aspiran a ser, un aliado de uno o varios grandes potencias imperialistas. El centrismo, con independencia de sus zigzags políticos y su uso de la terminología "marxista", siempre tiende a adaptarse a una u otra facción de la burocracia reformista y servir como sus tropas auxiliares de "izquierda".

La vanguardia obrera y todos los socialistas deben romper con todas estas variaciones de callejones políticos. Debemos elegir un camino diferente. Mientras la clase obrera y los oprimidos no posean un partido de combate revolucionario -a nivel nacional, así como en todo el mundo- no pueden tener éxito en su lucha de liberación. Con el fin de tener éxito contra sus poderosos enemigos, la clase obrera debe tener un partido con un programa claro -determinando el camino a partir de la situación actual hasta la conquista del poder. Se necesita un partido que concretice un programa de este tipo en una serie de estrategias y tácticas en relación a las condiciones cambiantes de la lucha de clases. Y debe tener un partido que acompañe un programa de este tipo con una organización de combate de cuadros acerados que actúen de una manera centralizada como un solo puño de la lucha de clases proletaria.

Por lo tanto, la tarea más urgente en el actual período es la oportuna fundación de partidos revolucionarios y de un nuevo Partido Mundial de la Revolución Socialista.


VI.          El trabajo en organizaciones de masas y la táctica del Frente Único

 

La necesaria lucha contra el reformismo y el populismo en ningún caso debe ser confundido con cualquier forma de sectarismo hacia las organizaciones de masas de la clase obrera. En un período de creciente lucha de clases, la dominación de la burocracia reformista y populista en los trabajadores y las organizaciones de masas populares y el pequeño tamaño de las fuerzas revolucionarias auténticas, la aplicación de la táctica del frente único posee un lugar central en el arsenal de los revolucionarios. Es un elemento fundamental en la consecución del objetivo estratégico de apartar a la clase trabajadora lejos de la burocracia sindical traidora. Estas tácticas deben estar centradas en actividades prácticas y tienen que incluir la movilización y organización de miembros ordinarios, plantear exigencias a los líderes, advirtiendo a los trabajadores en contra de tener ilusiones en la dirección burocrática, así como la agitación y la propaganda independiente. Por lo tanto, la táctica del frente único debe ir de la mano con denuncias afiladas hacia la burocracia y el rechazo de cualquier bloque estratégico con cualquier facción de "izquierda" de la burocracia. Esta es la única manera de mantener la independencia política de la clase obrera de todas las influencias burguesas.

Es crucial trabajar dentro de los sindicatos y otras organizaciones obreras y populares de masas con el fin de revolucionarlos. Los comunistas deben organizarse en corrientes y ayudar a construir un movimiento amplio de las bases para luchar contra la burocracia privilegiada y en última instancia para expulsarla. Sin embargo, los revolucionarios también son conscientes de que los sindicatos suelen organizar sólo una pequeña minoría de la clase obrera. Del mismo modo, los sindicatos suelen estar dominados por la aristocracia laboral o por los sectores más acomodados del proletariado. Por lo tanto, es crucial aprovechar todas las oportunidades para construir comités de fábrica y órganos similares en las luchas con el fin de ampliar la base de los trabajadores organizados. Por otra parte, los revolucionarios deben esforzarse para organizar las capas inferiores de la clase obrera y las capas oprimidas de los sindicatos y de llevar a los representantes de estas capas a posiciones de liderazgo por lo que el dominio de la capa aristocrática pueda ser eliminado.

Tal orientación a los estratos inferiores de la clase obrera y los oprimidos es particularmente crucial en el presente período en que muchos socialdemócratas, partidos estalinistas y centristas están más que nunca dominados por sectores de la aristocracia obrera e intelectuales de clase media. Esto ha dado lugar a la creación de una cultura de la "aristocracia" en la izquierda de clase media pequeñoburguesa llena de arrogancia y aislada de los estratos inferiores del proletariado, los migrantes y los oprimidos.

En contraste a éste elitismo, la CCRI orienta sus esfuerzos para construir partidos revolucionarios principalmente entre el proletariado del Sur y de los estratos inferiores de la clase obrera y los oprimidos en los países imperialistas.

La decadencia y la degeneración de los partidos reformistas, la falta de existencia de cualquier partido de los trabajadores en muchos países, y la intensificación de la lucha de clases hacen de la aplicación de la táctica del frente único una tarea muy urgente. En los países donde no existen partidos obrero burgueses (ni siquiera un reformista), o cuando los partidos obreros burgueses existentes están ya tan degenerados que repelen a la vanguardia de los trabajadores, los revolucionarios llaman a los trabajadores de vanguardia y a las organizaciones de masas a fundar un nuevo partido de los trabajadores (o "Partido del Trabajo"). En la lucha por esos nuevos partidos obreros, etapas intermedias son concebibles. Los revolucionarios podrían apoyar alianzas hacia ese objetivo o la fundación de nuevas organizaciones de capas oprimidas (por ejemplo, organizaciones de migrantes) que también podrían apoyar en las elecciones. La entrada en los reformistas o populistas pequeñoburgués existentes, sobre la base de un programa revolucionario, es también una táctica legítima.

Hemos visto intentos de fundar nuevos partidos de trabajadores en Brasil en la década de 1980 y en Sudáfrica y Bolivia actualmente. El ejemplo del PT de Lula en Brasil demuestra que los revolucionarios tienen que luchar contra el peligro de una degeneración reformista de tales nuevos partidos de los trabajadores. Lo hacen contraponiendo una estrategia revolucionaria, es decir, un programa de transición completo como el programa de ese partido, contra el programa reformista. Los revolucionarios deben encontar una tendencia revolucionaria dentro de tales partidos quienes lucharan por la dirección del partido denunciando la traición de los reformistas y centristas en las luchas actuales. Esto se puede hacer mediante la presentación de una serie de exigencias mínimas y transitorias adecuadas que unifiquen y movilicen a los trabajadores y los oprimidos contra el enemigo de clase capitalista. Sobre esta base, los revolucionarios deben utilizar la táctica del frente único con otras fuerzas contra el enemigo común de acuerdo con el principio de "marchar separados, golpear juntos".

Sin embargo, los revolucionarios no deben ser ultimatistas. En otras palabras, ellos no entran en un partido del trabajo de este tipo, presentan su programa y si se rechaza abandonan inmediatamente el partido. Tal táctica sectaria sólo sería en el servicio de las fuerzas reformistas que intentan controlar un partido así. Los comunistas deben intentar ganarse a los trabajadores de base y las fuerzas de la juventud y de izquierda dentro del partido, proponiendo campañas concretas que ayuden a avanzar en la lucha de clases y el desarrollo político del partido en una dirección militante y socialista.

Por supuesto, tarde o temprano, el partido se situará en una disyuntuva: o bien se convertirá en una dirección revolucionaria y en un verdadero partido socialista o degenerará burocráticamente y se transformará en una fuerza reformista. Cuando los revolucionarios resultan demasiado débiles para detener la degeneración reformista de tal partido, se verán obligados a escindirse.


VII.        El Sur semi-colonial

 

El aumento en la transferencia de la producción capitalista de las antiguas metrópolis imperialistas (Estados Unidos, Europa Occidental y Japón) hacia el mundo semicolonial, así como China, se ha traducido en un cambio decisivo de concentración del proletariado mundial en el Sur. Teniendo en cuenta el hecho de que la inmensa mayoría de la clase obrera internacional vive en el Sur y dado también que las contradicciones del capitalismo mundial aparecen en sus formas más agudas allí, lo más probable es que la revolución mundial comenzará y tiendrá su foco en elmundo semi-colonial o los países imperialistas emergentes como china.

De ahí que todas las organizaciones internacionales revolucionarias deben poner énfasis en el estudio de los problemas de la lucha de clases de estas regiones y sobre todo debe construir secciones allí. Por el contrario, debe evitar cualquier centralidad de los EE.UU. o Europa Occidental, que es tan típico para muchas tendencias centristas.

Los siguientes capítulos deben dar una breve visión general de los principales aspectos de la estrategia revolucionaria en diferentes partes del mundo. Deben ayudar a los revolucionarios para concretar el programa revolucionario en sus regiones. Esto es tanto más importante cuanto que la tarea crucial en el actual período es intensificar una propaganda intransigente para un programa socialista y de la clase trabajdora, para avanzar en la auto-organización independiente de la clase obrera y, sobre todo, la formación de partidos revolucionarios como secciones de una nueva Internacional de los Trabajadores.

 

Oriente Medio y el Norte de África

La revolución árabe, que se extendió como un incendio forestal en 2011 y derrocó a un número de dictadores, sufrió una serie de derrotas en los últimos años. El más importante de ellos ha sido el golpe militar en Egipto en julio de 2013. La aparición del reaccionario Daesh / IS es un reflejo del período de retroceso, que la revolución árabe está experimentando actualmente.

Sin embargo, la revolución árabe no ha sido derrotada definitivamente, sino que está en curso: véase la Revolución Siria, la resistencia palestina heroica contra la agresión sionista en 2012 y 2014, la guerra defensiva de Yemen contra la agresión de Arabia, las luchas populares en curso en Egipto, Libia, el golpe militar derrotado en Turquía en julio de 2016 y mucho más vital que nunca, la lucha por la liberación kurda.

Las tareas cruciales para los revolucionarios en el próximo período son:

* Apoyar las luchas populares en curso que en la actualidad se centran principalmente en las reivindicaciones democráticas; participar en la formación de milicias obreras y populares;

* Defender la Revolución árabe contra la intenificación de la agresión militar de las grandes potencias;

* Defender la táctica del frente único con todas las fuerzas (incluyendo varios islamistas) que participan en las luchas populares contra las dictaduras, así como contra las grandes potencias imperialistas y sus lacayos locales sin dar ningún apoyo politico.

 

America Latina

A finales de 1990 y en la década de 2000, varios gobiernos burgueses-populistas y progresistas de frente popular llegaron al poder en el contexto de un aumento masivo de la lucha de clases (por ejemplo Argentinazo 2001-02, Bolivia 2003-05, etc.). Estos gobiernos trataron de utilizar el auge de precios de las materias primas en el mercado mundial, así como, el surgimiento de China como un rival imperialista al antiguo dominador del continente - el imperialismo estadounidense. Sin embargo, estos gobiernos fueron incapaces y poco dispuestos a romper con el capitalismo y, por lo tanto, cuando el auge de las materias primas se derrumbó, entraron en una profunda crisis.

Actualmente América Latina experimenta una fase de ofensiva reaccionaria de la clase dominante en los últimos intentos por aniquilar las conquistas sociales y democráticas de las masas populares (ver el institucional golpe de Estado contra el gobierno encabezado por el PT en Brasil en 2016, la victoria electoral de Macri en Argentina, la ofensiva de la oposición de derecha contra el gobierno de Maduro en Venezuela, la restauración capitalista en Cuba por el liderazgo de Castro, etc.). Sin embargo, esta ofensiva reaccionaria iaevitablemente provoca luchas de masas (por ejemplo, las movilizaciones contra el golpe en Brasil, la lucha heroica de los maestros mexicanos que dio lugar a situaciones de doble poder en varias regiones del país, huelgas de masas en Argentina).

Las tareas cruciales para los revolucionarios en el próximo período son:

* Participar en las luchas de masas contra la ofensiva reaccionaria de la clase dominante;

*Defender los derechos democráticos y las conquistas sociales contra la ofensiva reaccionaria de la clase dominante (que incluye por ejemplo, la defense de los gobiernos de frente popular contra cualquier golpe de estado o intervención imperialista, mientras al mismo tiempo, no se le da ningún apoyo politico a esos gobiernos);

* Avanzar en la organización independiente de la clase obrera y el rompimiento de los trabajadores y las organizaciones populares con los partidos populares y los gobiernos frentistas.

 

Asia

Con un 60% de la población mundial y alojando cruciales grandes potencias imperialista (China, Japón, Rusia), los estados más pequeños imperialistas (Corea del Sur, Australia), así como importantes semi-colonias (por ejemplo, India, Pakistán, Bangladesh, Indonesia), Asia es el continente más importante para el futuro proceso revolucionario mundial.

La clase trabajadora y oprimida de la región ha experimentado ambas fases ascendentes importantes de la lucha de clases (por ejemplo, en la India: huelga general con 150 millones de personas que participaron en septiembre de 2015, las protestas masivas de mujeres contra la violación en grupo, las luchas campesinas lideradas por Naxalita), así como importantes derrotas (por ejemplo, destrucción de la Tierra Tamil independiente en 2009 por el régimen de Sri Lanka, golpe militar en Tailandia en 2014). Sumando la rivalidad inter-imperialista en el Este asiático (EE.UU y Japón vs. China), la lucha de clases se centra en el actual período en dos ejes principales:

a) Las cuestiones democráticas y económicas fundamentales (lucha contra las dictaduras, por la liberación nacional, contra la pobreza, etc.)

b) Contra la agresión imperialista y la ocupación (por ejemplo, la guerra de Estados Unidos en Afganistán y el noroeste de Pakistán, EE.UU. contra Corea del Norte, China vs. Vietnam)

Las tareas cruciales para los revolucionarios en el próximo período son:

* Apoyar todas las luchas de los trabajadores y oprimidos en defensa de sus derechos democráticos y sociales (incluyendo el apoyo a los campesinos por la tierra, así como, la resistencia popular contra los proyectos ecológicos desastrosos con el fin de profundizar la alianza de los obreros y los pobres campesinos);

* Defender a los pueblos oprimidos contra la agresión imperialista sin dar ningún tipo de apoyo político para las direcciones no revolucionarias;

* Romper el dominio de la burguesía y las fuerzas políticas pequeñoburguesas sobre la masa de la clase obrera, el campesinado pobre y pobres urbanos.

 

África subsahariana

África subsahariana es el continente con la economía y la población en más rápido crecimiento. Es el principal objeto de deseo para las grandes potencias imperialistas - en particular los EEUU, la UE y China. La existencia combinada de las condiciones ignominiosas de vida de las masas populares, la brutal opresión de la dictadura corrupta, el aumento de la injerencia de las grandes potencias, un proceso de industrialización limitada y el crecimiento de la clase obrera - todos estos factores preparan inevitablemente futuras explosiones políticas y sociales.

No es de extrañar que el continente ha sido testigo de un enorme aumento de huelgas y manifestaciones masivas desde la huelga de 2011. Los mineros heroicos 'en Marikana (Sudáfrica) en 2012, el levantamiento democrático popular en Burkina Faso (2014), Burundi (2015) y las protestas de masas regulares contra el régimen de Mugabe en Zimbabwe son testimonio vivo de este desarrollo. Por otra parte, la ruptura política de NUMSA con el gobierno popular del ANC abre la posibilidad de la formación de un nuevo partido obrero de masas en Sudáfrica.

Las tareas cruciales para los revolucionarios en el próximo período son:

* Apoyar todas las luchas de los trabajadores y de los oprimidos contra la pobreza y las dictaduras; apoyo también para los campesinos en lucha y a la lucha popular contra proyectos ecológicos desastrosos;

* Apoyar a la resistencia popular contra la super-explotación por parte de las corporaciones multinacionales, así como en contra de la intervención de las grandes potencias y sus lacayos locales;

* Avanzar en la lucha por la independencia política de la clase obrera (la independencia de los sindicatos por parte del Estado, nuevos partidos de trabajadores, etc.).


VIII.       Las grandes potencias imperialistas emergentes de Oriente: China y Rusia

 

El surgimiento de China y Rusia como las nuevas grandes potencias imperialistas se encuentra entre los acontecimientos políticos más importantes de la política mundial desde el colapso del estalinismo en 1989-91. Como nuevas grandes potencias, la clase dominante se ve obligada a desafiar el orden mundial que está dominado por los viejos amos imperialistas - los EEUU, la UE y Japón. Esta rivalidad inevitablemente resultará en el aumento de las tensiones y tarde o temprano en una III Guerra Mundial, si la revolución socialista no detiene a los belicistas antes. Uno de los factores clave para el crecimiento de China y Rusia ha sido la existencia de una dictadura estable (China) o semi-dictadura (Rusia), que asegura la explotación exitosa de la clase trabajadora doméstica, la propaganda chovinista sin obstáculos, así como la supresión de cualquier resistencia popular (trabajadores huelgas, protestas campesinas, levantamientos nacionales).

Sin embargo, China y Rusia no pueden escaper a la aceleración de las contradicciones del capitalismo como ya vimos con los desplomes de la bolsa en China en el año 2015. Tarde o temprano la intensificación de las contradicciones subterráneas provocarán explosiones sociales y políticas. De hecho, uno de los más importantes, si no el más importante, acontecimientos de la lucha de clases global en los próximos años podría ser el comienzo de la Revolución China.

Las tareas cruciales para los revolucionarios en el próximo período son:

* Luchar contra el chovinismo y el militarismo de la propia clase dominante imperialista;

* Apoyar las luchas económicas así como las demandas democráticas y relacionarlas con la lucha por el poder obrero.

 


IX.          Las antiguas grandes potencias imperialistas: la Unión Europea, América del Norte y Japón

 

Desde el final de la II Guerra Mundial los EE.UU. han sido el poder dominante absoluto entre los estados imperialistas. El surgimiento de China y Rusia ha finalizado este período, aunque los EE.UU. siguen siendo la potencia más fuerte en térinos relativos. Su caída ha provocado, por un lado, el ascenso del ala ultra-reaccionaria, racista y agresiva de la burguesía con apoyo significativo entre la clase media (movimiento del Tea Party, Donald Trump) y, por otra parte, en un aumento de la lucha de clases (la huelga de Verizon, el movimiento Black Live Matters).

El gobierno de Shinzo Abe, refleja la determinación de la clase dominante japonesa para avanzar en las reformas internas en contra de la clase trabajadora, así como para derribar la constitución "pacifista" y transformar a Japón en una gran potencia militar agresiva.

La clase obrera en Europa se enfrenta a una ofensiva reaccionaria de la clase dominante. Sus gobiernos combinan una continuación de su ofensiva de austeridad con el aumento del chovinismo contra los migrantes (especialmente los musulmanes) y el establecimiento de Estados policiales anti-democráticos, así como con el aumento de aventuras militares en el exterior (principalmente en el Norte de África y Oriente Medio). La aceleración de las contradicciones capitalistas intensifican dos tendencias: por un lado el sometimiento de los países europeos semi-coloniales (por ejemplo, Grecia, Portugal, Irlanda y Europa del Este) bajo el dictado de los principales grandes potencias de la UE (Alemania, Francia); por el contrario el conflicto entre aquellos sectores de la burguesía imperialista europea que se esfuerzan hacia la formación de un super-estado imperialista pan-europea y los que optan por un estado nacional "independiente" imperialista (por ejemplo, el referéndum BREXIT en Gran Bretaña).

Las tareas cruciales para los revolucionarios en el próximo período son:

* Luchar contra la ofensiva de austeridad, así como contra el chauvinismo y el militarismo de la propia clase dominante imperialista;

* Apoyar la lucha de los países semi-coloniales como Grecia para salir de la UE; ningún apoyo para la UE ni para ningún Estado nacional imperialista independientel - abstención en cualquier referéndum en estados imperialistas sobre la cuestión de permanecer o salir de la UE; por los Estados Unidos Socialistas de Europa!

* Lucha contra los partidos reformistas - por nuevos partidos obreros!


X.            Conclusión

 

Frente a la ofensiva reaccionaria, la CCRI llama a todas las organizaciones revolucionarias sinceras y a los activistas de todo el mundo a unirse en la lucha por una auténtica organización internacional marxista –es decir, bolchevique aplicado a las condiciones del siglo XXI. Dicha organización internacional necesita claridad teórica y práctica. Debe basarse en una comprensión conjunta de la aplicación del programa revolucionario a la cuestión principal de la lucha de clases internacional actual. No sólo debe anunciar el camino de la liberación, sino que también debe nombrar y luchar contra todos los obstáculos. En otras palabras, debe emprender la lucha contra las numerosas fuerzas de izquierda reformistas y centristas, que desorientan y engañan a la clase obrera bajo la bandera de "marxismo" - que es un "marxismo" desprovisto de su punta de lanza revolucionaria, un "marxismo" conveniente y oportunistamente adaptado a todas las posibles direcciones de clase no proletarias (reformistas, populistas, islamistas, etc.), o un "marxismo", que vegeta en el retiro sectario respecto de la lucha de clases.

Tales nuevos partidos revolucionarios se forjan en la lucha de clases, así como en la lucha ideológica contra las direcciones oficiales - los burócratas laborales traidores, la socialdemocracia, estalinistas, nacionalistas pequeño burgueses y los islamistas - que consciente o inconscientemente engañan a los trabajadores y oprimidos.

Para lograr avances significativos en esta tarea, la unidad de los revolucionarios de todo el mundo es vital. Tal unidad puede tener éxito en la construcción de una fuerte organización internacional bolchevique que comparte un programa común, así como la comprensión común de los métodos de construcción del partido y por lo tanto sirve como una formación pre-partido para el nuevo Partido Mundial de la Revolución Socialista. Unete a la CCRI!


Apéndice

 

 

 

El presente Manifiesto debe ser leído junto on el Programa de la CCRI publicado en 2012, así como, con otros documentos programáticos y de mayor orden teórico los cuales subrayan nuestros análisis teóricos y posiciones programáticas con más detalle:

 

Manifiesto Comunista Revolucionario de la CCRI (2012), https://www.thecommunists.net/home/espa%C3%B1ol/ccri-manifiesto/

 

Theses on the Principles of the United Front Tactic and Its Application to the Current Conditions of Class Struggle (2016), http://www.thecommunists.net/theory/united-front-tactic/

 

Marxism and the United Front Tactic Today. The Struggle for Proletarian Hegemony in the Liberation Movement and the United Front Tactic Today. On the Application of the Marxist United Front Tactic in Semi-Colonial and Imperialist Countries in the Present Period, http://www.thecommunists.net/theory/book-united-front/

 

World Perspectives 2016: Advancing Counterrevolution and Acceleration of Class Contradictions Mark the Opening of a New Political Phase. Theses on the World Situation, the Perspectives for Class Struggle and the Tasks of Revolutionaries (January 2016), http://www.thecommunists.net/theory/world-perspectives-2016/

 

Carta abierta a todas las organizaciones y activistas revolucionarios. En el Inicio de Una Nueva Etapa Política: ¡Por la Unidad de los Revolucionarios en La Lucha Contra el Avance de la Contrarrevolución! (2015), https://www.thecommunists.net/home/espa%C3%B1ol/carta-abierta/

 

REVOLUCION Y CONTRA-REVOLUCION EN EL MUNDO ÁRABE: UNA PRUEBA CRUCIAL PARA LOS REVOLUCIONARIOS (2015), https://www.thecommunists.net/home/espa%C3%B1ol/revolucion-arabe/

 

The Struggle for Democracy in the Imperialist Countries Today. The Marxist Theory of Permanent Revolution and its Relevance for the Imperialist Metropolises (2015), http://www.thecommunists.net/theory/democracy-vs-imperialism/

 

Building the Revolutionary Party in Theory and Practice. Looking Back and Ahead after 25 Years of Organized Struggle for Bolshevism (2014), http://www.thecommunists.net/theory/rcit-party-building/

 

Rusia y China como Grandes Potencias Imperialistas (2014), https://www.thecommunists.net/home/espa%C3%B1ol/rusia-y-china/

 

Russia as a Great Imperialist Power. The formation of Russian Monopoly Capital and its Empire – A Reply to our Critics (2014), http://www.thecommunists.net/theory/imperialist-russia/

 

Lenin’s Theory of Imperialism and the Rise of Russia as a Great Power. On the Understanding and Misunderstanding of Today’s Inter-Imperialist Rivalry in the Light of Lenin’s Theory of Imperialism. Another Reply to Our Critics Who Deny Russia’s Imperialist Character (2014), http://www.thecommunists.net/theory/imperialism-theory-and-russia/

 

Theses on Revolutionary Trade Union Policy (2014), http://www.thecommunists.net/theory/theses-trade-union/

 

Resumen – Cuba Vendida? (2013), https://www.thecommunists.net/home/espa%C3%B1ol/resumen-cuba-vendida/

 

Cuba’s Revolution Sold Out? The Road from Revolution to the Restoration of Capitalism (2013), http://www.cuba-sold-out.net/

 

The Great Robbery of the South. Continuity and Changes in the Super-Exploitation of the Semi-Colonial World by Monopoly Capital. Consequences for the Marxist Theory of Imperialism, CCRI Books, Vienna 2013, http://www.great-robbery-of-the-south.net/great-robbery-of-south-online/download-chapters-1/

 

China's transformation into an imperialist power. A study of the economic, political and military aspects of China as a Great Power (2012), http://www.thecommunists.net/theory/why-china-is-imperialist/